Herrera - Sevilla

Días atrás, en un ambiente de cerveza fría y terraza de verano, comentaba con un amigo los problemas de mucha gente que trabaja para los ayuntamientos.

El tema más espinoso de nuestra alcohólica conversación, era los problemas de liquidez a los que se ven sujetos las personas que trabajan para las entidades públicas.

Resulta que tenemos una Ley de Morosidad, creada por nuestro presidente, y que dice que las administraciones públicas no deben pagar a los proveedores a más de 45 días. Ésto es la teoría porque en la práctica ni 45, ni 90, ni 180 días, me comentó él..

Entonces, tuve unos espumosos pensamientos:
"Si yo tengo una empresa de construcción, por ejemplo, y me presento a un concurso para dar trabajo a mis empleados y no cobro mis facturas y tengo un vencimiento para pagar a mis proveedores ¿Tendré problemas de liquidez? pues como es posible no me presento, y dejo a mis empleados cobrando su desempleo como hace todo el mundo."

Cuando volví a la realidad, le comenté, que era una lástima que los ciudadanos de a pie no pudiésemos pagar nuestro IBI a la OPAEF como hacen ellos, porque pagaríamos los intereses y nos embargarían la cuenta sin molestarse en preguntarnos.

¡Qué verano más largo se me está haciendo!