Gilena - Sevilla

Día tras día intentamos inculcar a los nuestros, ese modelo de vida, esos sentimientos que bien nuestros padres, mentores, o personas a la que admirábamos en nuestra infancia, nos conminaban a seguir cuando empezamos a vivir. Trabaja, estudia, se responsable, responsable en tu relación con los demás, responsable en sociedad y para con la sociedad. Ahora mucha gente que vivió y seguimos viviendo así nos sentimos defraudados. Aceptamos de manera inmutable palabras como ´crisis financiera´ ´paro´ ´concurso de acreedores´ palabras y datos que esconden dramas familiares, y en la mayoría de los casos esas personas, esas empresas no son responsables de su situación, pero si deben apechugar con las consecuencias de un cambio drástico de las reglas del juego. Las entidades que hasta hace meses concedían financiación de manera ´responsable´, ahora sin motivo y basándose en parámetros antes perdidos y olvidados, deniegan créditos para adaptarse a lo que ellos mismos han creado, ponen trabas para recuperar el ahorro familiar responsable y acusan a la mayoría de que antes hemos vivido alegremente. Nada mas alejado de la realidad. Empresas excelentes, bien gestionadas, ´viables´ y trabajadores responsables con la cabeza en su sitio, están sufriendo en España este ´cambio de la reglas del juego´ que no deja de ser una estafa a gran escala. Y nadie hace nada. El Gobierno se esfuerza en presionar a las entidades, pero se esfuerza poco, la oposición se esfuerza en opositar pero se esfuerza poco. Quizás debieran esforzarse de manera ´responsable´ porque para ellos las reglas del juego siguen siendo las mismas. Ahora todo el mundo habla de crisis y la aceptamos pero no luchamos contra ella todos hablan de unidad, pero ¿frente a quién? , de trabajar más? ¿ese fue el problema que nos llevo a esto? No. Fue un problema financiero y ellos deben de solucionarlo. Y aquí en España asistimos a una campaña de marketing de un banco y otro, de una consejería y otra y es sólo eso, una campaña de marketing, una cortina de humo. Deberíamos pedir al Gobierno que exija esa responsabilidad a las entidades de crédito y que sean ´responsables´ de sus actos y no como hasta ahora, donde estamos pagando su falta de previsión de una manera brutal. Yo no sé ustedes, pero yo no me quedaré quieto y ustedes no deberían hacerlo.