La sucia pelea por el poder Este es un artículo escrito por MANUEL BOHORQUEZ en el Blog LA GAZAPERA En un caso de “emergencia nacional” como el que vivimos actualmente, con Andalucía con la mitad del desempleo de toda Europa y otras desgracias similares -por ejemplo, el alto nivel de pobreza que volvemos a tener-, es triste comprobar cómo los políticos solo saben sacarse los trapos sucios y tirarse los trastos a la cabeza. La política, al menos en España, se traduce en la sucia pelea de dos grandes partidos preñados de corruptos, para gobernar el país. Pero lo que estamos viendo ahora es inaudito. Me refiero al acoso y derribo al nuevo Gobierno desde el primer día de su mandato. Es algo incomprensible, sobre todo porque el PP manda en España porque así lo quisieron la mayoría de los españoles. Y lo han querido no para tres meses, sino para cuatro años, dándole licencia a Mariano Rajoy para que acabara con la crisis costase lo que costase. Todo es un problema de falta de democracia, por muy demócratas que nos creamos todos. La izquierda de nuestro país es demócrata en la misma medida que lo es la actual derecha: porque no le queda más remedio que serlo, como lo prueba lo mal que ha aceptado la aplastante victoria del PP en las urnas, en las pasadas elecciones generales. La legitimidad democrática no la dan las siglas, sino las urnas, el pueblo. A la izquierda le gustaría que no hubiera partidos de derecha en la política española, que solo los hubiera de izquierda, porque entonces, claro, sería una democracia chachi piruli del copón. Eso, se cambia la Constitución y ya está: prohibidos los partidos de derecha. Porque, además, las siglas de izquierda se entienden muy bien entre ellas, como lo estamos viendo todos los días, sobre todo cuando manda la derecha. Izquierda Unida lleva tres décadas enfrentada al PESO-A, pero cada vez que hay elecciones se presta a frenar a “los fachas” para conseguir que siga mandando un partido que tiene a Andalucía en la cola del paro. Para IU, eso es frenar a la derecha. Tiene gracia que quienes han llevado al país a la ruina estén diciéndole ahora al nuevo Gobierno cómo tiene que hacer las cosas para salir del fango. Es de agradecer el interés que tienen por ayudarnos a todos, pero deberían callarse un poquito y dejar que los que dirigen el país trabajen con cierta tranquilidad y no con una sociedad cada vez más convulsionada. En Andalucía estamos a la espera de ver si al final gobierna el PP o lo hace el PSOE-A con la ayuda de IU, en un pacto que, de producirse, podría ser la tumba política de unos y de otros, porque sería un monumento a la falsedad y eso, en política, se paga caro. Juan Manuel Sánchez Gordillo, el alcalde de Marinaleda, se ha manifestado en contra del pacto que supondría la continuidad del Partido Socialista en el gobierno de la Junta de Andalucía. Le recuerdo junto a Diego Cañamero, Diamantino García y otros líderes de la izquierda de verdad dando mítines en locales con los guardias inciviles en la puerta -se fueron haciendo civiles con el paso de los años-, dispuestos a quitarnos a palos las ganas de ser libres. Sánchez Gordillo me recuerda aquellos años y me dan ganas de volver a las andadas, pero ya no veo la política como la veía en aquellos años. Ahora es un negocio como otro cualquiera, del que sacan beneficios unos cuantos vividores y pierden los que siempre han perdido en nuestra tierra, con crisis o sin ella. Sería un buen momento para volver a creer en los políticos, como un clavo ardiendo al que agarrarnos, pero para eso tendríamos que ver unidos a todos los partidos del país, que dejaran a un lado las ansias de poder y las rencillas y demostraran a Europa que están por la labor de acabar con el sufrimiento de millones de personas que están teniendo problemas para poner a hervir el puchero cada día. Cuando un barco hace aguas lo que hay que hacer es intentar mantenerlo a flote entre todos y no decirle a los que van en él que van a morir con la boca llena de caballitos de mar. ¿A qué viene eso de meter tanto miedo con que vamos a ser intervenidos, que no vamos a tener médico, que vamos a volver al siglo XIX y que llegaremos este año a los seis millones de parados? Menuda manera de levantar la moral al pueblo. Qué país tenemos. |