Historia del carnaval de Fuentes Aunque el articulo es un poco largo merece la pena leerlo ahora que se acercan estas fechas carnavalescas. HISTORIA DEL CARNAVAL DE FUENTES DE ANDALUCIA.- Los diferentes estudios realizados del Carnaval fontaniego certifican su existencia desde principios del siglo XX, de una manera ya asentada y tradicional. Estas investigaciones dan luz a la historia del Carnaval de Fuentes de Andalucía. Encuadrémonos en los inicios del Carnaval fontaniego a principios del s. XX, donde las fiestas comenzaban con el Jueves Lardero, que ancestralmente tenía que ver con la exaltación del cerdo, perviviendo en muchos puntos de Andalucía, seguido de los próximos días Domingo, Lunes, Martes y terminando el siguiente Domingo, llamado de Piñata. Desde media mañana, familias enteras iban a la Fuente de la Reina, a las afueras de Fuentes de Andalucía, a excepción de las familias burguesas y de clase alta. Típicas de estas meriendas eran las chacinas, los huevos duros, los palmitos y los entornaos. Casi siempre ocurría alguna letra de algunas de las murgas existentes. Durante la Dictadura de Primo de Rivera (1921-1931), de la cual, además, tenemos testimonios orales los cuales nos acercan aun más al conocimiento del Carnaval Fontaniego, el Ayuntamiento ni participaba ni organizaba, regentado por caciques, conjuraba y prohibía dado la carga de subversión de valores y trasgresión de las reglas que tiene el carnaval, por unos días, el pueblo se siente liberado del yugo y la estrechez del juego social y político impuesto, en aquel entonces por unas minorías que ostentaban el poder y temían verse en el ojo de la crítica. A pesar de la censura la participación del pueblo de Fuentes de Andalucía era mayoritaria. En 1931 tiene lugar la proclamación de la II República Española, lo que trae que la fiesta del Carnaval goce de total libertad, haciéndose presente en las letras de las murgas y estudiantinas de la época, las cuáles ridiculizaban las creencias religiosas, así como los asuntos que antes eran impensables tratar. Entre 1940 y 1955 se produjo un paréntesis en el carnaval fontaniego, aunque el estudio de la memoria histórica con respecto a este tema, llega a la conclusión que se producían pequeñas celebraciones en casas privadas que se podía semejar al carnaval, ya que se cantaban coplas de estilo carnavalescas, aunque las máscaras seguían saliendo a la calle. Ya en 1952 se produjo un caso que sería el resurgir del carnaval fontaniego y en el año 1957, con el Alcalde Herrera y su mujer, de origen gaditano, los “murguistas” fontaniegos aprovecharon la procedencia de éstos para vivir un carnaval más intenso a pesar de la Dictadura de Franco, imponiendo el ayuntamiento una serie de condiciones a las murgas para salir. En 1957 se produce la consolidación del tradicional Carnaval Fontaniego. Murguistas como Sajones, Marcelino, Alonso Lisboa y Juanillo “el Gato”, maestros de las murgas fontaniegas de la época, sacan murgas por separado, autorizadas por el alcalde, aumentándose ese año el horario hasta las siete de la tarde en la calle. Las máscaras se autorizan, pero deben ir con la cara descubierta, aunque esta prohibición no impide que los fontaniegos se taparan la cara. Esto produjo que el carnaval fontaniego se convirtiera en el foco de atención de toda provincia Sevillana, y en el único pueblo donde se celebraba el carnaval y salían las máscaras a la calle. Cuando el poder sociopolítico comprende la imposibilidad de terminar definitivamente con el carnaval, tiende a controlarlo a través de reglamentaciones y al mismo tiempo ofrece alternativas de diversión que conduzcan al pueblo hacia unos lugares concretos y así supervisarlo. En 1967 decide reglamentar el carnaval provocando así la decadencia del mismo, ya que se empieza a despersonalizar con eventos que a los fontaniegos no interesaban, llegando a los años 70 con una gran crisis provocada por esa reglamentación, aunque lo autóctono no se había perdido. Caro Baroja afirmaba que “El carnaval había muerto” porque “desde el momento en que todo se reglamenta, hasta la diversión, siguiendo criterios políticos y concejiles, atendiendo a ideas de orden social, buen gusto, etc., el carnaval no puede ser más que una mezquina diversión de casino pretencioso” Hace cincuenta años, cuando el antropólogo Estadounidense Gilmore, estudió dicha celebración al llegar las fiestas del Momo, observó como los señoritos de Fuentes de Andalucía abandonaban el pueblo quedando el centro del mismo a merced de las capas menos favorecidas del lugar. Así, durante dichos días, tanto trabajadores como jornaleros desfilaban todo el día por sus calles entonando picantes interpretaciones, alusivas casi siempre a los acontecimientos más dispares acaecidos durante el año. Iban ataviados con ropajes viejos y el rostro tapado conocido ese tipo como máscaras, saliendo a la calle para acosar a los transeúntes con sus desafíos verbales. La espontaneidad de sus máscaras daba a la urbe fontaniega un cierto aire subversivo y disparatado, que suponía una ruptura con el viejo orden social. Esta época servía, pues, para invertir por unos días la estructura social de Fuentes que, sin duda, oprimía a estas gentes sencillas durante el resto del año, sirviendo también la misma para dar rienda suelta a un subconsciente festivo, latente en ellos permanentemente. Se trataba, por tanto, de un período de alegría y de confusión cuyos actos ejercían en el pueblo una cura psíquica y social, sin duda, más efectiva que la pretendida por la propia cuaresma. Al mismo tiempo contribuía a darle una mayor cohesión al grupo, en cuanto que servía para descargar las tensiones acumuladas durante todo el año. Con la llegada de la democracia el Carnaval Fontaniego resurge, en la década de los 80 se crea la Comisión del Carnaval 80, la cual propuso varias actividades al ayuntamiento que las vinculaba al carnaval de Cádiz llegando a una etapa de cierta despersonalización y desarraigo, al igual que en la década de los 70. Durante la década de los 90 el pueblo de Fuentes de Andalucía ha querido regresar al carnaval típico de esta población, olvidando todas las influencias foráneas y convirtiéndose en el único carnaval de la provincia y de la comunidad que unas determinadas características conservadas desde principios del siglo XX y mantenidas a pesar de la censura de la dictadura franquista. Ya en el s. XXI el carnaval fontaniego ha recobrado todo su sabor tradicional de antaño, con la aparición de nuevas murgas, tanto de jóvenes como de decanos en esta disciplina carnavalera, así como la incorporación de comparsas y chirigotas. La participación ciudadana en las actividades vinculada con ésta fiesta, como el Jueves Lardero, el disfrazarse de máscara o salir a la calle para disfrutar del ambiente que se respira por esas fechas hacen de Fuentes de Andalucía el único lugar donde tú eres el Carnaval, lo que tú quieras que seas, el carnaval será. Aspectos singulares del Carnaval de Fuentes de Andalucía A) LAS MASCARAS: La segunda acepción del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española referente a Máscara dice: traje singular o extravagante con que alguien se disfraza. Esta definición se acerca a las máscaras de Fuentes de Andalucía pero no las identifica. Las máscaras fontaniegas ponen voz de falsete acompañada de gestos naturales, la modificación en la forma de andar y los elementos utilizados para disfrazarse, compone una estética de aspecto grotesco y deforme, muy peculiar y original. Podemos distinguir varios tipos de máscaras en el Carnaval fontaniego: - La máscara de la Colcha: se denomina así por que utiliza como elemento principal de la indumentaria la ropa de cama. - La máscara Estrafalaria: se caracteriza por llevar encima todo tipo de artilugios inservibles y ropa ridícula, grotesca, extravagante… de manera que va de la forma más estrafalaria posible. - La máscara del Mercadillo: ese tipo de máscara se dedican a vender en la calle cacharros y objetos inservibles que tiene en su casa. - Grupo de Máscaras: el requisito imprescindible es que sean más de tres personas para componer el grupo pudiendo lucir cualquier tipo indicado anteriormente. B) JUEVES LARDERO: La propia celebración del Carnaval, fuese cual fuese el origen remoto de la palabra y de la fiesta, se convirtió en la fiesta de despedida de la carne. De ahí que se procurase gozar de ella todo lo posible en esos días; no sólo porque iban a seguir 40 días en los que la religión les iba a prohibir catar la carne, sino también para desquitarse de los largos ayunos de carne que la pobreza les imponía durante todo el año. Los términos carnestolendas (carnes que han de ser quitadas) y carnestoltas (carnes que han sido quitadas) nos hablan bien a las claras de cómo ha sido entendido el Carnaval por nuestra cultura. Y bien, entrando en la materia prima de la fiesta, que era la carne, se instituyó en la versión de extensión media del Carnaval (la de una semana), el Jueves Lardero, inventado ni más ni menos que para iniciar solemnemente la tanda de días en que había que aprovechar para hartarse de carne, a fin de no echarla en falta durante la inminente Cuaresma. C) LAS MURGAS: La definición que hace la Real Academia Española de la Lengua de murga nos dice que es una agrupación de músicos malos, que en determinadas fiestas tocan en las puertas de las casas acomodadas para recibir algún obsequio. En Fuentes de Andalucía la definición de murga que hace esa institución no las define, las murgas fontanitegas son agrupaciones de personas que cantan en el carnaval las diferentes “coplas” o canciones características de dicha fiesta. Estas son uno de los elementos más importante del carnaval fontaniego. D) LA CARRERA: El carnaval fontaniego se identifica totalmente con la calle Carrera, una de las arterias principales de Fuentes de Andalucía y donde se llevan a cabo la mayoría de los actos programados para el carnaval y donde las máscaras pasean por esta con sus trapos y el falsete en la voz. Es un escenario al aire libre donde tiene cabida todo el mundo. |