Romance de rajoyjopu ROMANCE DE MARIANO RAJOY “A mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo me bastan mis pensamientos” Así meditaba Lope en total recogimiento cuando quería evadirse de sátiras de Quevedo. que el “cojitranco” tenía las malas pulgas por cientos y cortaba la su lengua cual cuchilla de barbero. Cuando se asentó en Moncloa, como Presidente nuevo y empezó a abrir las carpetas que escondía Zapatero. el déficit le crecía como por encantamiento. De susto en susto, Rajoy, se tiraba de los pelos y se mesaba la barba viendo crecer agujeros hasta hacerse grandes simas dando un vértigo tremendo. Mariano se vio acogido en los brazos de un mareo; observó que, lentamente, subía a su barba el suelo. y le musitó a su barba: --“¡Jodeeer, si lo seeé, no vengo!”-- Acudía Sorayita, convocada por estruendo y casi le da un soponcio viendo a Mariano, de yerto, que, apenas, balbuceaba: --“¡Jodeeer. si lo seeé. no vengo!”-- Soraya aplicó unas sales sobre bigotinos pelos; recuperó la color, se le arrugó el entrecejo y las sus piernas, temblonas, le exiliaron de los suelos. --“¿Qué ha pasado, mi Señor? Me ha dado un susto tremendo”-- Él, con la voz apagada y acunada en el resuello, solo volvió a musitar: --“¡Jodeeer. si lo seeé, no vengo!”-- --“¿Cuál es la causa, Señor, que ha creado el desconcierto?”-- --“¿Ves las carpetas, Soraya, que hay sembradas por suelo?”-- --“Veo, Señor Presidente. ¿qué encierran en sus adentros?”-- --“Preñadas son de verdades que ocultaba el “Maquiavelo de León, por pretensiones; de Pucela, por derecho”.— --“Mariano, cuando empezamos la lucha por el Gobierno, ya nos constaba que, en déficit, nos quedaba un seis por ciento. ¿Por qué te alarmas ahora?”-- --“Eso fue lo que dijeron en el Parlamento, a España; en Bruselas, a Europeos la Rubia de los cojo… y el cínico Maquiavelo: pero la cosa es más gorda: solo declaró dos tercios y escondió en esas carpetas, precisamente, otro tercio”.-- --“¿No redujeron al seis, que era un déficit tremendo?”.-- --“A ese seis, hoy te le sumas otro cincuenta por ciento y encuentras un nueve hondo que conduce a los infiernos; y la verdad, Sorayita, es que, si lo sé, no vengo”.-- --“Mas, vinisteis, mi Señor; ahora, tenéis el Gobierno”.-- --“Pensé suerte y es desgracia; ¡Joder, si lo sé, no vengo!”.-- --“¿No decía, hace seis meses, el “Gran Mendaz Zapatero” que nuestra Banca jugaba la Champions Ligue en el euro?”.-- --“Tú le has llamado “mendaz”; yo solo veo los hechos”.-- --“Pidamos dinero a Rato, ya que Rato es de los nuestros. Con lo recaudado en Bolsa ha de nadar Bankia en euros”.-- Sugirió Santamaría, viendo los cielos abiertos. --“Ve a tu Despacho, Soraya, y llámale por teléfono; pídele sesenta mil; a ver si vamos saliendo de esta deuda acojonante que nos dejó Zapatero”.-- Soraya fue a su despacho; Soraya cogió el teléfono y, cuando estaba marcando, resonó el del lado izquierdo; Soraya cogió en entrante mientras reposó el derecho. --“Aquí, Vicepresidencia. ¿Quién está al otro extremo?”.-- --“Goirigolzarri, Señora; le llamo desde el Averno; cuantas más carpetas abro, más se me crecen los Débitos. Estoy, como acojonado, en las llamas de un infierno. Yo clamo, Santamaría, y, más que clamar, le rezo para que use intercesión ante su amigo el Supremo Presidente del Estado me salve con su dinero”.-- --“Yo llamaba pa pedir”.-- --“Pues, Señora, pincha en hueso. Necesito veinte mil”.-- --“¿Veinte mil?”-- --“Sí, más o menos; que son agujeros grandes y necesitan relleno”.-- --“Muy buenas, Goirigolzarri, otro día nos veremos”.-- Soraya fue hasta Rajoy. llevándole un susto nuevo. Le prestó atención Rajoy; Rajoy la escuchó en silencio y, desvistiendo esa flema conque visten los gallegos, empezó a mesar su barba; clavó su vista en el techo y exclamó, en plan furibundo: --“¡JODER; SI LO SÉ, NO VENGO!” |