Virreyes autonómicos: ¡basta ya!... ¡basta ya! https://ww.elsemanaldigital.com/blog.asp?idarticulo=122854&cod_aut= Virreyes autonómicos: ¡basta ya!... ¡basta ya! Por un oído les entra y por el otro les sale. Se terminó la broma. O mes a mes las autonomías cuadran ingresos y bancos o Rajoy debe intervenirlas. Sin contemplaciones. En una cosa se asemejan Rubalcaba y los dirigentes autonómicos casi de cualquier cuadra política. Apenas se ha comenzado a pisar el acelerador de los recortes y ya están reclamando más calma, más freno, más templanza. ¡Pero si esto no ha hecho más que empezar! Que nadie se engañe. Una cosa es que en Europa se hayan prorrogado los plazos para el cumplimiento del objetivo de déficit, y otra que las Comunidades Autónomas puedan tumbarse a la bartola con el beneplácito de Montoro y su equipo. Una cosa es que se haya decidido rebajar la presión mínimamente para evitar el estrangulamiento de la economía o el colapso, y otra muy diferente y suicida que nuestras regiones se puedan entregar a partir de ahora a la holgazanería, o al descanso despreocupado, o simplemente a incumplir sus obligaciones. Lo que han hecho por cierto sin medida y sin que se les caiga la cara de vergüenza a sus mandamases. Lo que se ha perpetrado en este país en los últimos años no tiene nombre. Ha sido muchísimo. Se ha hecho rapidísimo. Y hay que desmontarlo con la misma urgencia. Por la cuenta que nos trae. No podemos quedar impasibles ante datos como el que hemos conocido esta semana según el cual en España, teniendo el clima que tenemos, una partida interminable de caciques locales ha construido mayor número de piscinas climatizadas que las que se han construido históricamente en Alemania. ¡¿Nos vamos a quedar parados ante esta locura o pensamos enmendarla algún día?! Es la hora de ser definitivamente contundentes, implacablemente apremiantes. Se han terminado ya los tiempos de las amenazas. Si hay caudillos a nivel municipal o provincial o autonómico que no dan más de sí, que no saben por donde seguir, que no quieren, hay que forzar automáticamente la intervención del gobierno de la nación. Ya no valen las coartadas inconsistentes, las excusas de mal gobernante, las demoras para ajustar unas cuentas que son el puro desbarajuste y, lo que es peor, que son un peligro público para los ciudadanos. Como con mucho tino ha advertido el profesor Tamames, ya no estamos en tiempo de estar esperando un último informe, un último estudio, una última estadística antes de tomar una decisión de recorte de gasto. Siempre faltará un dato, pero las decisiones inmediatas no pueden faltar. ¡Sería la perdición! No puede faltar la liquidación en masa de empresas públicas improductivas, ni de televisiones ruinosas, ni de toda suerte de organismos estrafalarios y onerosos. A las autonomías ni se las tiene manía, ni se las pretende volar, ni se las está situando como única cabeza de turco de nuestra desastrosa situación de forma injusta. Sus gamberradas nos han salido carísimas. Y muy cobardes o muy antipatriotas tendríamos que ser si ahora no estuviésemos dispuestos a pasarles la factura. |