Estepa - Sevilla

Dicen que fue en Florencia, hace ya muchos años, cuando decidieron hacer una fiesta.

Como era natural por aquel entonces debia ser de mascaras, donde los participantes disfrutarian sin saber quien eran los que entre risas, bailes y algarabias, compartirian la convivencia que se buscaba.

Coqueto y bien arreglado era el palacete, aunque algo "rural", lo cual sin duda nos hizo mas amena la estancia a los que no estamos comodos entre extremas sustuosidades.

Muchos fueron los vecinos que participaron, bailando, riendo y cantando durante muchas lunas.

Mascaras las hubo de todos los gustos, unas con mas acierto o acicates que otras, pero sin duda ayudo al desconocimiento entre los que alli nos encontrabamos, incrementando aun mas si cabe, el mucho disfrute del que gozabamos.

Tanto fue el divertimento y la admiracion de como "bailaban" o "cantaban" algunos, que entre corrillos y fuera del mundanal ruido, unos pocos nos deshicimos de la mascara , conociendo a quien habia debajo de las otras. Y figurense ustedes, hubo tremendas sorpresas y todas gratas.

Terminada la fiesta, se mantuvo la amistad que de ella nacio, entre unos mas que en otros, pero siempre perduro la admiracion por aquellos que habiamos compartido tan buenos momentos. Incluso ayudamos como pudimos a uno que nos ofrecia mas caro y peor sus productos respecto al mercado, pero por un "amigo", lo que sea, ¿y porque no decirlo?, hasta nos engaño en alguna transaccion, pero en fin, le van mal las cosas y necesitara vivir, decia yo en mi caso.

Tal vez por el hilo marcado de aquella fiesta que creo escuela, se preparo otra a imagen y semejanza de la anterior. Muchas eran las mascaras nuevas, otros llevabamos la de siempre ¿para que cambiar?, e incluso algunos se presentaron sin ella.

Y haciendo verdad lo de :"nunca segundas partes fueron buenas", las risas eran mas forzadas, los bailes mas sosos, la musica mas extridente, pero si sabias rodearte de aquellos a los que les gusta divertirte y se mueren por que los diviertas, resultaba amena. No para todos por desgracia, ya que algunos viendo que se aburrian, decidieron divertirse a costa de otros y enmascarados como estaban, daban cocez, hacian zancadillas, y abucheaban a los demas.

Grande fue mi desconsuelo, que quien mas alborotaba, al hacer otra zancadilla, tropezo y fue al traste la mascara de doncella que usaba para tapar sus vilezas y tropelias con aquellos que divertirnos pretendiamos. Era...uno de aquellos. Aquellos que antaño habiamos compartido cosas buenas. Aquel a quien le habiamos ayudado...

Nota del autor: Cualquier parecido con la realidad es la p..a verdad.

¿Y tu, asi pagas a quien como yo te ha tratado? ¡¡¡JUDAS!!!