Dos Hermanas - Sevilla

La Policía busca a cuatro miembros de una familia por el ataque a los guardias civiles

ABC La zona residencial de la casa cuartel, protegida por una tapia, está a escasos metros de las viviendas sociales, a la derecha
Cercado por «los más problemáticos»
NURIA PÉREZ CAMPAÑA. DOS HERMANAS
Miércoles, 14-10-09
«A mi primo no hacían más que decirle que bajara del piso, y aunque él no tiró ni un pedrusco, ante el agobio que se ha liado pues se ha tenido que marchar». Ayer, una vecina, de etnia gitana, de uno de los bloques del barrio nazareno Los Montecillos desde donde se arrojaron piedras y otros objetos contundentes al patio del Cuartel de la Guardia Civil que acabó con dos agentes heridos graves, reconocía la estampida de familiares ante lo ocurrido. Tras el ataque a los guardia civiles, de 32 y 36 años de edad, vecinos de la zona han optado así por dejar sus pisos al sentirse punto de mira de la Policía, aunque ni siquiera guarden relación directa con la agresión producida el pasado sábado cuando los guardias civiles se encontraban celebrando la festividad de la Virgen del Pilar.
La Benemérita señalaba ayer precisamente que los supuestos agresores, pese a estar identificados desde el pasado domingo, permanecen huidos por lo que su detención se está complicando. Según pudo saber este periódico, son cuatro -podrían extenderse a siete el número de detenciones- y del mismo núcleo familiar, los que están siendo buscados por los cuerpos de seguridad como autores de la trifulca. Se trata de delincuentes habituales del barrio, de entre 21 y 30 años de edad, con antecedentes delictivos por narcotráfico. Actualmente, se encuentran en paradero desconocido.
Mientras, el delegado de Seguridad Ciudadana en el Ayuntamiento de Dos Hermanas, José Román, volvía a insistir en que este tipo de sucesos «no son habituales», si bien desde el Consistorio nazareno siempre se ha pedido que no se estigmatice la zona, reconocida por ser foco de conflictividad y de operaciones antidroga, para evitar comparaciones con el Polígono Sur de la capital.
A la espera de que se activen medidas a raíz de esa reunión anunciada entre los cuerpos de seguridad y de la que no quiso entrar en detalle el delegado, la Guardia Civil, sin competencia en seguridad local, sigue alertando del vandalismo al que se encuentra sometida por un grupo de vecinos prácticamente a diario. Que la casa cuartel -la zona residencial forma parte de una bolsa de vpos cedidas por el Ayuntamiento donde residen casi 60 familias- se ubique a escasos metros de la manzana de viviendas sociales desde donde se iniciaron los altercados, hace que las dependencias estén desprovistas de medidas de seguridad.
Dos versiones, una pelea
Tres días después del violento episodio, se siguen dando dos versiones contradictorias, aunque todo apunta a que, teniendo en cuenta las armas intervenidas -dos cuchillos y palo con un extremo punzante-, el ataque estaba premeditado. Desde la calle Meñaca, contigua al cuartel, un grupo de vecinos dijeron recordar que los guardias civiles no se identificaron y actuaron «con violencia» después de que «varios críos, a los que reñimos, lanzaron algunas piedras al techo» del puesto de la Benemérita. «Entraron en nuestras casas sin decirnos nada, ni siquiera quiénes eran, por eso nos defendimos», señalaron.
Desde el Instituto Armado defienden la actuación de los agentes heridos que sólo se dirigieron al lugar de los hechos para «pedir explicaciones y persuadir a los vecinos de que remitieran el lanzamiento de objetos». «En el hipotético caso de que no se identificaran, conocen a los agentes de sobra y no se justifican los hechos por ningún lado», explicaron desde la Benemérita. Las declaraciones del alcalde de Dos Hermanas, el socialista Francisco Toscano, que dijo no haberse dado un ataque sino una «reacción a una fiesta» tampoco han caído demasiado bien en el Instituto Armado. «La valoración por sí sola, se desvirtúa», apuntaron.
Dado de alta
El guardia civil que fue agredido con un palo en la cabeza fue dado ayer de alta. Fuentes del Instituto Armado informaron de que este agente, que recibió un golpe por el que sufrió traumatismo craneoencefálico, dejó ayer el Hospital San Agustín donde permanecía ingresado desde la noche del sábado. Su compañero, aún se recupera en el hospital de las heridas que presentaba en el brazo y en el pie provocadas por un arma blanca y por las que ha tenido que ser incluso intervenido.

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