Carmona - Sevilla

¿Realmente están a gusto en Carmona?, ¿se vive a gusto aquí?. Yo cada día me siento más extraño en mi propio pueblo.

A UN COLEGA LE PASO LO MISMO,DECIA QUE LO HABIAN SECUESTRADO UNOS NIÑOS VERDES, EN UN PLATILLO, PA HABERSE MATAO! Y DESPUES TODO LE PARECIA EXTRAÑO. AHORA DICE LO MISMO QUE TU, TIO! ERES TU? SI ERES TU...MANIFIESTAEEEEEEEE!!!!

dimeeeeeeeeeeeee, que deciasssssssssss??????????????????????

que te espabilessssssssss, que hay que ir a trabajar

C-ño Carmona, que no te enteras ni del despertador, se te queda la oreja pegá en la almohada, despierta yaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!!!!.

es que estoy triste y cansadaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Nada de esoooooooooooo, pues hay que ser positiva. Hay mucha gente que te quiere, mucha. Así que despierta y espabila que hay que salir adelante. Que no se diga carmona, tú que antaño venciste grandes batallas. animoooooooooo

¿Tu me ayudarías?? pondrías de tu parte??? si es así, si que despertaré, pero comienza tú por ponerte en marcha, levántate de delante de la pantalla de tu ordenador, busca soluciones y de paso me devuelves mi alegría. Gracias

Ahhh!! se me olvidaba, no esperes nada de nadie, tendrás que empezar tu solo de momento, de nuevo gracias.

ya lo estoy haciendo, estoy luchando, no desde mi pantalla, sino con mi persona.

en ese caso te ayudaré un poquito, escucha esta letra, a ver si te alumbra un poquito el camino.
Con todo mi corazón;
https://ww.youtube.com/watch?v=jl5k9wyzg0M&feature=related

De nuevo gracias

Gracias a tí

Un anciano maestro Hindú se cansó de las quejas de su aprendiz así que, una mañana, le envió por algo de sal. Cuando el aprendiz regresó, el maestro dijo al joven infeliz que pusiera el puñado de sal en un vaso de agua y luego se la bebiera.
-“¿A qué sabe?” preguntó el maestro.
-“Amargo,” escupió el aprendiz.
El maestro rió entre dientes y entonces le pidió al joven tomar la misma cantidad de sal en la mano y ponerla en el lago. Los dos caminaron en silencio al lago cercano y una vez que el muchacho lanzó al agua su manotada de sal el viejo le dijo: “Ahora bebe del lago.”
En cuanto el agua se escurría por la quijada del joven, el maestro le preguntó: “¿A qué sabe?”
-“Fresca,” comentó el aprendiz.
-“¿Te supo a sal?”
-“No,” dijo el joven.
En esto el maestro se sentó al lado de este chico que le recordaba a sí mismo y le tomó sus manos:
“El dolor de la vida es pura sal; ni más, ni menos. La cantidad de dolor en la vida permanece exactamente la misma. Sin embargo la cantidad de amargura que probamos depende del recipiente en que ponemos la pena. Así que cuando estás con dolor, la única cosa que puedes hacer es agrandar tu sentido de las cosas. Deja de ser un vaso. Conviértete en un lago.”