Aznalcollar, como España van mal, a Dios gracias Por una vez debo decir que estoy totalmente de acuerdo con los sociatas en algo: no está bien que dividamos nuestros esfuerzos en fraticidas luchas de desgaste. No pueden imaginarse la frustración que ha supuesto en nuestras filas, que el trabajo realizado desde hace años con esmero, con absoluta dedicación y entrega, se desmorone porque los ciudadanos de bien hayan realizado un inesperado contraataque. Me refiero, lógicamente, a los comentarios en bares y comercios, donde los ciudadanos ponen de manifiesto que la crisis es mundial y nada de culpa tienen los sociatas de aznalcollar, estos comentarios de ciudadanos de bien, echan por tierra la teoría de que son los sociatas los culpables de todo, y que todos los miembros de la 6ª hemos defendido durante años convencidos que nos ayudaría en nuestro camino hacia el ayuntamiento. Para colmo, esta misma semana dos “templarios” han empezado a criticar con dureza a nuestro exportavoz , y hay pueblos de la comarca con mas parados que el nuestro. Así, la verdad, es que se quitan las ganas de continuar haciendo oposición. Pero, como idealistas que somos, pensamos dejarnos la piel en la consecución de nuestro justo sueño: llegar al Ayuntamiento. Si es necesario para ello ir puerta por puerta de los aznalcolleros, a decirles que nosotros, si fuéramos ellos, no nos jugaríamos el futuro de sus hijos en un partido tan poco de fiar como el PSOE, pues lo haremos. No duden un sólo instante que pueden ustedes confiar en nuestra absoluta manipulación en esta misión. Suerte, que algunos otros temas del pueblo parecen encarrilados de la manera más conveniente. Con un poco de fortuna, aún podremos ver este mismo año como el Ayuntamiento puede tener problemas pagar la nomina, y no habrá dinero para pagar a los proveedores. Pueden descansar tranquilos el Jefe Supremo, Paco el Minero y J.J., que nadie, mientras nosotros estemos aquí para evitarlo, mancharán sus nombres ni el de la santa cruzada contra los sociatas y el progreso de nuetra 6º, perdon de Aznalcollar. Megafonoman
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