SANTA Q.K., ESTA DE MISIONES EN TUSSAM Dicen nuestros lideres (J.J. y Paco el minero), y nadie lo sabe mejor que ellos, que nuestro pueblo se está convirtiendo en un pueblo de descreídos, en una especie de lupanar donde la moral comunista y cristiana , la única verdadera, cada vez ocupa menos lugar en nuestros corazones. El trabajadores que dejan de seguirnos crece al mismo ritmo que el de trabajadores que cuando nos han “calao” nos critican con dureza Frente a este lúgubre panorama, que nos encamina de forma irremediable, una vez mas, a la perdición, nuestros lideres (J.J. y Paco el minero) proponen convertir Aznalcollar, cuando lleguemos al poder, en un Pueblo de misiones, ya ven todo lo que hemos aprendido en la Catedral, al mismo nivel que los negritos de Uganda, los amarillitos de Camboya o los indios de la Amazonia. ¡Fíjense ustedes a donde nos ha llevado el impío gobierno de los muchachos de Zapatero en Aznalcollar! De nuevo recaerá en nosotros, las “familias” de bien, y los autenticos defensores de los trabajadores, tirar de esta pesada carga como ha sucedido durante años con los exmineros, pero ahora sin el componente del glamour viajero que siempre han tenido las misiones. Tendremos que cambiar el “Santa Q.K. está de misiones en Guinea”, por “Santa Q.K. está de misiones en Tussam”, y estarán ustedes conmigo en que no luce igual. Aunque la noticia no me ha cogido por sorpresa, sí que me llama la atención su gravedad. Es cierto que todos veíamos que la fe en nuestra lucha por lo que es nuestro, se estaba perdiendo, pero también es cierto que todos confiábamos en que los manipulados métodos utilizados por J.J. y Paco el minero, para engañar darían mejores resultados. Pese a que J.J. tiene millones y millones de seguidores, como nos recuerda P. Peste, y a que realiza una indiscutible labor dando a conocer la verdad de nuestra estrategia y propugnando la bondad y la solidaridad entre todos los trabajadores, empezando por los nuestros (ya saben la caridad empieza por casa), el poder de los Malignos sociatas es tal, que consigue que cada vez más gente renuncie de su fe en nosotros. A veces me da por pensar si no tendremos al demonio escondido entre nuestras filas, saboteando nuestra misión de amor y justicia. Megafonoman
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