Aznalcóllar - Sevilla

Advertía el otro día a los camaradas que nuestra querida Q.K., que antes de preguntarle por su entrada en Tussan, observaran la altura de sus zapatos, y que sin tacón no hay respuestas. Y sin embargo, pese a la claridad del mensaje, se empeñaban los camaradas, sólo unos días después, en volver a preguntarle, alegando que ese día sí llevaba tacones. Está claro que no han entendido el mensaje, si Q.K. no nos responde, no es porque no le salga de los zapatos, si no de otro sitio que ella, como persona educada y de buena familia que es, jamás mencionaría en público (y sospecho que ni en privado).

La actitud de Q.K. y J.J. con los camaradas no es algo que a ellos hagan por su libre albedrío, si no que es una de las señas de identidad de nuestro partido. Sé que muchos de ustedes, ávidos lectores de este foro acostumbrados a que en otras democracias los portavoces dan cuenta a sus representados, pero ya saben que nosotros somos diferentes y más que diferentes somos raros, entendiendo como raros una especie que ha evolucionado por cuestiones históricas de forma paralela al resto.

Ni en China, Ni en Cuba, Ni en Venezuela, Ni en Bolibia, ni en Marinaleda nuestros camaradas tienen que dar nunca explicación a nadie de sus acciones. Las cosas son como son, porque lo decíamos nosotros por nuestros…zapatos. Y para el que no lo entendiera ancha era la frontera y estrechos los patios de las prisiones. Son muchos siglos de historia como para pedirnos ahora un cambio así de radical en apenas tres décadas.

Pero créanme, estamos esforzándonos en cambiar. Entendemos muy bien que algunos de ustedes nos han apoyado, como nuestro amigo del alma Alvaro (no confundir con el bigotes que ese no es), que nos ganamos la vida (y muy bien por cierto) gracias a ese apoyo y al de nuestro siempre amado Torrijos, y que tampoco es un esfuerzo tan grande de vez en cuando decirles por qué hacemos esto o aquello. Dennos tiempo y yo les prometo que antes de que sus hijos tengan nietos, habremos pasado de utilizar dos varas de medir, la nuestra y la de los demas, a algo más parecido a lo que ven ustedes por esos mundos de Dios. De momento sigan fijándose en los zapatos de Q.K., pero más que en los tacones en la dirección que puedan tomar.

Megafonoman