REUNION EN LA CALLE BLAS INFANTE DE LOS CUATRO ENCHUFADOS Estos días resulta tremendamente estimulante reunirse en la calle Blas Infante y compartir con nuestros compañeros enchufados, la preparación de sus explicaciones. Los encuentras en cualquier rincón, incluso en los más insospechados, ensayando ante un ficticio esquirol la explicación que tan deseosos están de poder dar. La calle Blas Infante recuerda el Jerusalén de los tiempos bíblicos, con todos aquellos profetas subidos en cualquier improvisado atril, que anunciaban a grandes voces la inminente llegada del hijo de Dios. Por ostentar el cargo de mayor rango entre todos los enchufados, es nuestro elegante Chilloni quien más curiosidad despierta. Es una auténtica gozada verlo delante del espejo del lavabo, con ese porte que Dios le ha dado, iniciando la que sin duda está llamada a ser la declaración más esperada. “Camaradas, al fin ha llegado el momento que tanto tiempo llevo esperando. En primer lugar quiero agradecerles que me den la oportunidad de explicar lo que hay, que, como ya saben es que estamos trabajando nosotros y nuestras mujeres por meritos, y por haber aprobado un examen gracias a la preparación que todos ustedes saben, nosotros tenemos” P. Peste, en cambio, es mucho más contenido tanto en su discurso como en sus expectativas y no se permite soñar con salir a hombros de la reunion. Se limita a repetir una y otra vez que todo su éxito se debe a su tremenda preparación y a las ganas que pone en el trabajo. En cuanto al resto de los camaradas se reparten el espacio como buenamente pueden. Tengan en cuenta que ya somos unos cuantos y que esta casa, como corresponde a un colectivo modesto y honesto, es pequeña. La mayoría de ellos declaman en voz baja y sólo osan subir el tono de voz cuando “el otro Megafonoman” se aproxima a preguntarles si se sabe ya algo de lo suyo. “¿De lo suyo o de lo mío?”, les gusta responder siguiendo la broma de moda de estos días. Megafonoman
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