Aznalcázar - Sevilla

Lleva 58 días en huelga de hambre
Un pulidor se desnuda para reclamar lo que le adeudan de una obra a medio terminar

Ana Becerra Rubiales | Sevilla
Actualizado jueves 09/07/2009 14:02 horas

Justo al lado de la Ronda de Capuchinos está la calle Florencio Quintero, una calle aparentemente tranquila. Un bloque con restos de obras en la puerta y un grupo de 6 o 7 hombres que se agolpa enfrente de este edificio, no refleja nada extraño en la vida cotidiana de la calle.

Sin embargo, uno de esos hombres que está delante del bloque de casas es Manuel Paraíso , un trabajador que lleva en huelga de hambre 58 días en la obra donde ha estado construyendo, junto con otros compañeros, un bloque de "35 viviendas de lujo". Lleva alimentándose todo ese tiempo "a base de agua, zumo y caramelos" como comenta su mujer María Jesús Gil.

Cada vez va llegando más gente para apoyar a Manuel Paraíso justo el primer día que pasa tras romper su ayuno voluntario. No por que él haya querido abandonarla, si no porque ayer le intervinieron y lo sacaron del bloque donde hacía la huelga; ese mismo edificio que había pulido él con sus propias manos.

Ayer, cuando lo desalojó la policía se desmayó, debido a tantos días sin comer y a la tensión que le supuso encontrarse a "unos 12 o 15 policías, uno con una escopeta de goma, otros con porras en la mano... y todo para desalojar ¡a una sola persona!". Así, se lo llevaron al hospital para hacerle las pruebas pertinentes y, afortunadamente, los resultados salieron bien dentro de los parámetros normales.

Mientras Paraíso atiende a la prensa, una furgoneta blanca llega y un par de hombres se ponen a bajar pancartas en las que se leen mensajes reclamando los pagos. Se ponen a bajarlos y, por un momento, Manuel desaparece. Mientras, la gente que ha ido a apoyarle comenta la situación de este trabajador.

Al poco, Manuel sale envuelto en una sábana con algún mensaje escrito y al quitársela para colocarla al lado de los demás carteles, aparece desnudo. Manuel se ha desnudado para exigir, con más fuerza si cabe, el pago de la obra por parte de las constructoras y proveedores.

La policía nacional que se encuentra allí le obliga a meterse en la furgoneta para que se vista y, mientras él está poniéndose la ropa, su socio, Nicolás Gómez, reparte silbatos a todos los que están allí.

Cuando sale el pulidor, se plantan todos delante de la obra con las pancartas y los pitos y se ponen a corear mensajes contra la constructora y la promotora. Mientras, su suegra, Concepción Viera dice que "nosotros lo apoyamos porque está defendiendo lo suyo".

Manuel ha perdido 17 kilos desde que comenzara la huelga hace 58 días, y está luchando, junto a sus compañeros, porque la empresa que le debe dinero "nos lo dé al igual que nosotros hemos cumplido con nuestro trabajo". Ahora sólo le queda luchar como lo ha estado haciendo hasta ahora con el apoyo de su familia y de sus compañeros.

https://ww.elmundo.es/elmundo/2009/07/09/andalucia_sevilla/1247140545.html