El timo de la estampita. Si señores “El timo de la estampita” es el que nos han endosado los señores políticos del PSOE y ahora los del PP. ¿Donde esta el señor de Guindos? Como ciudadano exijo que compadezca en el congreso y de una explicación, aunque a buen entendedor pocas palabras le sobran. Este tipejo es mas mentiroso y ruin que los que decían: “España va bien o Somos la champions leege de Europa e incluso de la ex- ministra Elena salgado que ya es algo y el mismísimo Rodrigo Rato”. Como se atreven a dejar a este director de banco con una paga vitalicia de 3 millones de €, dar una noticia que suena a “Saqueo Total” es inadmisible la despreocupación y la manera de derogar a este señor un asunto tan delicado como es el “dar dinero sin tenerlo, pero sacándolo de lo publico” y encima dice que no lo devuelven ”Hay queda eso españalos”.Esto ya se esta puesto de castaño claro a oscuro tirando a negro. Bankia no tendrá que devolver los 23.465 millones de capital público Sustancial cambio de filosofía en la reestructración financiera. Bankia no tendrá que devolver los 23.465 millones de euros que le ha pedido al Estado, porque se trata de capital, y no de ayudas, según refrendó el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, en la presentación del plan de rescate que, en estrecha colaboración con el Banco de España y el Ministerio de Economía, su equipo acaba de elaborar. En otras palabras, estos fondos no han sido prestados, sino que constituyen el importe de una compra. La adquisición habrá de rendir, cuando se privatice, las correspondientes ganancias. Goirigolzarri compareció ante los medios de comunicación flanqueado por su número dos, José Sevilla. Además de explicar el detalle de los recursos demandados, que cubren con holgura las necesidades presentes y alguna futura, apostó fuerte por pasar página respecto a la gestión anterior. «No he venido a depurar responsabilidades, sino a liderar un proyecto de futuro», dijo, e invitó a ser «extraordinariamente prudentes» en los juicios o ante las sugerencias de realidades ocultas por el impacto que puedan tener en la confianza de los clientes o del conjunto de la sociedad. En su opinión, el expresidente Rodrigo Rato se tuvo que enfrentar a una realidad económica en franca recesión, y a los cada vez más exigentes requerimientos del regulador (Banco de España y Ministerio de Economía), empujados a su vez por la crisis de la deuda soberana. Sin olvidar que, en un entorno «extremadamente convulso» hubo de afrontar la fusión de siete cajas de ahorros y una compleja salida a bolsa. Por eso pidió que «cualquier análisis de la actuación (de Rato) tenga en cuenta la complejidad del momento» en que se produjo. EXAMEN DE BRUSELAS El presidente de Bankia detalló las necesidades que han llevado a pedir la inyección de 19.000 millones adicionales de capital público dando por hecho que tanto el supervisor como el Ejecutivo darán por buenos los planes que le han llevado a presentar estas demandas. Pendiente queda el examen de Bruselas. La 'barra libre' para las ayudas generalizadas a la banca quedó atrás, y ahora se impone el examen detallado de cada una de las propuestas. El comisario de Competencia es el español Joaquín Almunia, y podría sugerir algunas modificaciones en la propuesta. Por el momento, el otro frente que España tiene abierto ante la Unión Europea -el control de de las cuentas públicas- no se vería afectado por la abultada cifra de capital requerida por Bankia. La inyección no incide en el déficit, ni tampoco en el importe de la deuda, aseguran fuentes del Gobierno. Se trata de una adquisición, que se verá reflejada en la evolución de activos y pasivos en el momento en que el Estado se desprenda de ella. Está prevista una ampliación de capital en Bankia, y el Estado contempla una participación máxima de 12.000 millones, pero mantiene el derecho preferente de los accionistas. Si los minoritarios concurrieran masivamente, la diferencia -unos 2.000 millones, en el mejor de los casos- se podría restar del total de la aportación pública. Goirigolzarri desveló algunas de las causas que han disparado hasta cifras estratosféricas la aportación de capital solicitada. Curándose en salud, y a la vista del extraordinario peso que en Bankia representan las actividades del crédito promotor, las hipotecas a particulares o las participadas, se ha optado por dotar provisiones totales por 13.000 millones de euros, cifra que va mucho más allá de las exigencias del regulador, y que también avanza en los requerimientos que pueden plantear las inmediatas 'pruebas de resistencia' que el ministerio de Economía ha encargado a dos valoradoras independientes, Roland Berger y Oliver Wyman. SOSPECHAS DE IMPAGO En esencia, y aunque los créditos morosos van a seguir siendo los mismos -aquellos que dejan de pagar tres cuotas consecutivas- el banco ha revisado toda su cartera, y elevado sustancialmente las previsiones de impago de los préstamos a promotores que están al corriente de pago, pero de quienes se sospecha que podrían incumplir sus compromisos en fecha próxima. A esta recalificación se ha añadido la consideración de las pequeñas y medianas empresas y de las hipotecas en situación parecida, algo que todavía no se ha planteado para el resto de la banca. Los criterios para medir las pérdidas potenciales en escenarios de estrés son los mismos que ha utilizado en dos ocasiones la Autoridad Bancaria Europea. Otro agujero negro del grupo es la cartera de participadas. El detalle se conocerá cuando BFA, la empresa matriz, remita las cuentas el próximo lunes, pero ya se puede adelantar que el valor apuntado por la propiedad de Bankia está próximo al de mercado, y refleja el desplome sufrido desde su salida a Bolsa. Las cuentas del cierre del ejercicio 2011 descuentan, por otra parte, unos créditos fiscales que solo podrían apuntarse cuando se generen ganancias futuras. Finalmente, el banco se anticipa a las necesidades de liquidez de un plan que se extiende, en este aspecto, hasta 2014, y que prevé que hasta esa fecha, BFA necesitará 20.000 millones de euros, de los que 14.500 millones corresponderán a Bankia. La inyección de recursos de capital, más las cédulas que pueden depositarse en el Banco Central Europeo, cumplirán con creces ese requerimiento. Todo ello sin que el capital principal baje del 9,5%, punto y medio por encima de las exigencias impuestas por el regulador, que requiere el 8% mínimo para las empresas cotizadas. Este margen da idea de la holgura de los planteamientos de los nuevos gestores. |