Algámitas - Sevilla

En derecho, la propiedad es el poder directo e inmediato sobre un objeto o bien, por la que atribuye a su titular la capacidad de disponer del mismo, sin más limitaciones que imponga la Ley.

Consecuencia: hecho o acontecimiento que se deriva o resulta de otro.

Consecuente: persona cuya conducta guarda correspondencia lógica con loa principios que profesa.

El prefijo IN que precede a una palabra no es más que una negación de la misma.
Impropiedad es cuando haces uso de algo que no te corresponde, e inconsecuente es aquella persona que obra en contra de sus propios principios, o por lo menos de los principios de que se hace gala.

Diríamos pues que si ocupas un cargo para el no está legitimado y actúas de modo impropio y si lo regentas de un modo más restrictivos y dictatorial de lo que a lo hacen otros a los que tu criticas entonces eres un inconsecuente.

¿Podemos pues hacer bandera y divisa de la impropiedad y de la inconsecuencia?
¿Podemos hacer ver a los demás que tenemos la suficiente capacidad para desviarnos de las directrices marcadas solamente por nuestra inequívoca condición sobrenatural?
Y nosotros, los que tenemos la condición humana,
¿podemos contemplar impávidos, sin que se resienta parte de nuestra insignificante inteligencia, este acontecer?
¿Qué nos sostiene?
¿Puede, un favor puntual, apartarnos de los dictados de nuestra conciencia?
Creen ustedes, apreciados contertulios, que un pueblo digno puede soportar semejantes tropelías, ni siquiera de carácter dictatorial; más atrás iría yo, tal vez feudalismo estaría más cerca de la actuación que nos ocupa.
Nadie piense que aquí se hace mención a una persona, ni mucho menos:
Estamos analizando un proceder; un proceder caduco y trasnochado.
No puede hacerse alusión a uno o varios hechos aislados: es una concatenación de todos ellos tipificados como desaforados en su contenido e irracionales en su concepción.
¿Puede quienes han llegado a la responsabilidad propia del desempeño de un cargo público otorgado por designio popular, con el mayor de los deseos de hacer por sus convecinos dejar que una bota llena de barro le impida realizar dignamente la labor que les ha sido encomendada.
No obstante bajo la bota solo puede errarse, porque los aciertos, si los hubiere, siempre serían para quien la calza.
¿Qué poder hay más allá de la voluntad soberana?
¿Podremos algún día cambiar la impropiedad y la inconsecuencia por vocablos tan antagónicos de los anteriores, tales como dignidad y raciocinio?
¡Que bonito es que tus hijos oigan de ti que te equivocaste por hacer un bien y por tomar decisiones valientes!
¡Qué feo debe de ser que a tus hijos llegue algún día el eco de que fuiste cómplice de una justicia.

Me parece un relato de lo mas expresivo y cierto, pero no todos lo contertulios tenemos la capacidad intelectual para definir tu mensaje, soy partidario de utilizar un lenguaje mas urbano.
Con eso no quiero decir que no tengas razon,sino que si por casualidad uno de estos personajillos les da por leer estas inquietudes de su pueblo por mucho que ejercite sus neuronas este mensaje siempre sera un enigma para ellos,y que el poder los lejitiman para hacer lo que les plazca.

Es lo que tienen los textos herméticos, que lo mismo valen para un roto que para un descosido.

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