Alcolea del Río - Sevilla

Antoñito vivía en una calle empedrada con lanchas de cemento y casas de cal, él para salir a la calle tenia que pasar por la tienda de ultramarinos de su bisabuela Antonia Sigueiro donde se vendia los garbanzos y los chicharos a granel y jugaba con los paquetes de galletas y hacia construciones con ellos sobre el mostrador de madera y en el que habia una hermosa balanza de bronce con una columna corintia de metro y medio aproximadamente con dos enormes bandejas y jugaba con las pesas de medida en su estuche de madera.

Él salía a la calle y se metía en casa de cualquier vecina.
!Hola Carmen!¿Esta Joaquinita? Joaquinita era una hermosa joven de pelo rubio que le pegaba achuchones.
No, pero pasa.
Antoñito pasaba con toda la confianza del mundo y atravesaba un primer portal con una luz tenue, un mueble pequeñito y dos pilistras que le daban color a la pared inmaculada de cal, despues pasando la cortina le venia un olor a invierno, era la copa de cisco pues ya habían pasdo los Santos y tenian puesta la falda camilla, en el salón en un rincón la tele con su trapito por encima con dos figuritas de porcelana y en la pared en una repisa de madera dorada un Sagrado Corazon y al fondo dos puertas una daba a la cocina y otra al Patio que se veia a traves de los cristales abombados dandole una forma amorfa a las macetas y plantas que tapaban timidamente las cortinas recojidas a cada lado.
El reloj de pared daba sus notas candenciosamente y sobre la mesa una bandeja de cristal con una jarra con agua y un vaso ambos tapados por un tapete dimituno de croche.
Mira mama, quien a venido a verte, es Antoñito el de Juana Manuela.
Hola Amparo... y le daba un beso.
Amparo rezaba el rosario en un susurro lento y repetitivo, era una mujer muy mayor sus manos sujetaban las cuentas de rosario casi sin fuerzas, manos arrugadas con los dedos retorcidos, vestida siempre de negro y con una mirada perdida pero sabia con la sabiduria que te da la experiencia de la vida.
Que Antoñito ¿cuando va traer tu tio Pedro los mantecados?
No se Carmen, yo ya estoy deseando.
Bueno pues mientras vienen levanta la servilleta que hay encima de ese plato.
Antoñito todo nervioso levantaba el trapo presintiendo algo que sabia que le iba a gustar.
Ohhh, son rosas, que ricas, decia abriendo los ojos a más no poder.
Anda coje una y ten cuidado con la miel.
Antoñito cojia una y decia:
Gracias Carmen, bueno me voy a jugar y salia como alma que se la lleva el diablo con la boca llena de riquisimo dulce y miel mientras Carmen se quedaba con una sonrisa tierna en los labios y su madre seguia rezando el rosario con la solera y templanza que dan los años.

Dedicado a Amparo, Carmen y Manuela Martin y Joaquinita.

con todo mi cariño.
el de la Soledad.

Antonio,lo has escrito precioso,a mí me ha dado mucha nostalgia y mucho sentimiento,estos ecritos son los que nos hacen estar pendientes de nuestro foro,porque...lo haceis tan bonito.Me ha gustado mucho no,mas todavía,me ha encantado.Seguid así y no nos abandoneis,seguir escribiendo aunque sean dos palabras,que con esas dos palabras tenemos bastante.

Un beso C/Murillo

También a mi me ha parecido un relato precioso, cargado de sentimientos y hasta de recuerdos, diría yo. No se si se trata de un simple relato o si J. Antonio nos está contando sus vivencias, los pequeños detalles que los niños parecen no ver pero que quedan grabados en su mente para siempre. Por su forma de describir la entrada en la casa, las parecedes, las plantas..., cada pequeño detalle, yo apostaría que sí, que Antonio se ha visto conmovido por algunos viejos recuerdos y se ha dejado llevar por los sentimientos. Para mí, eso es precioso. El compartir esas pequeñas cosas (para algunos), que dejaron un recuerdo tan hermoso que se puede volver a sentir cada olor de aquél momento y ver cada pequeño detalle en una habitación, en cada persona... Muy bonito Antonio María. Y si he acertado y son tus recuerdos lo que nos narras he de decirte que me alegro muchísimo de que abras tu corazón. Algunas veces, ciertas personas se han quejado de que sólo se habla de procesiones, de la Virgen, o de cosas sin importancia. Nuestros sentimientos son muy importantes, y hay ocasiones en las que no los puedes compartir con las personas que tienes cerca (en mi caso), y necesitamos sacarlos de nuestro de interior de algún modo. Siempre he animado a las personas que son un poco introvertidas o reservadas a que escriban, no hace falta que sea en un foro, basta un pedazo de papel, pero que escriban y den rienda suelta a esos sentimientos, a todas esas cosas que encierras en tu interior pero que gritan por salir. Llegado a este punto, voy a aprovechar para animar a alguien muy especial para mí, hemos hablado de ello hace pocos días: ¡escribe, da rienda suelta a todo lo que sientes!. Me dirijo a tí, mi querida amiga. Todos podremos compartir esos sentimientos tan hermosos que guardas.
Y bueno, ya me he pasado. Felicidades J. Antonio y sigue contándonos cosas, para mí todo es importante y de cada uno de vosotros tengo mucho que aprender.

Un abrazo.

Me ha encantado, Antonio. En tu caso era Carmen, manuela, Amparo Joaquinaero, ¿quién de niño no recuerda en nuestro pueblo unas vecinas más o menos asi?.
En mi caso era Rosario Dalama, que no tenía hijos y yo etaba allí como "perico por su casa". También tenía como una especie de mercería y yo jugaba con las bobinas de hilo. También me iba a casa de Emilia Mallén, quien por este tiempo hacía unas galletas con una maquinita que a mi me encantaba darle a la "manigueta" y estaban riquísimas. Hacia primeros de Diciembre, montaba en el callejón un Belén precioso y muy grande. No le faltaba un detalle y yo me llevaba allí horas y horas mirándolo, con el pozo y el río que corría de verdad. Ahora es muy común ver esos belenes; pero cuando yo era chica, el de Emilia Mallén era precioso. También recuerdo mis noches de invierno en la taquilla del cine, jugando con mi amiga Antoñita-Mari ( que así la llamábamos de pequeñas). Comprábamos tizas en la tienda de Pedro el del casino y nos dedicábamos a jugar a las maestras y la pizarra era el zócalo de la taquilla. ¡No veas cómo poníamos el suelo de tiza!; pero Asunción que era una santa, nunca nos reñía. Después nos hacía a Antoñita y a mi (porque yo era la amiguita), una tortillita francesa con anchoas. También salíamos al patio a jugar con el "bobi", que era un perro muy grande; pero que nosotros hacíamos lo que queríamos con él.
¡Madre! y esa esquina del kiosko con Magdalena, M.Carmen Puente, la Oti,Rosa-Aurora la de maleja,una niña que me parece que es prima o hermana de nuestra Mercedes, que no me acuerdo cómo se llamaba, delgada y muy espigada, que vivía enfrente de "naranjilla", Pastora la de la ferretería, M. Carmen Saldaña, mi prima Carmelita, mi hermana........
¡ con lo tierna que estoy ahora, mejor no seguir!

Un beso a todos: carcelera-panaera

Me ha encantado lo que has escrito , al leerlo tenia la impresión de que era el capitulo de un libro y me he quedado con las ganas de saber más de tus vecinas , de tu infancia , de tus recuerdos , de todo lo que quieras narrar. Se me ha hecho corto . Muy corto .
¡¡ Es tan entrañable !!

¿ Porque no prosigues ?
Esa miel de la rosa , nos ha endulzado a todos.

Gracias , maestro.
Un abrazo , Pepi.

Gracias a todas por vuestros comentarios, esto me anima a seguir escribiendo en este Foro nuestro de cada dia, porque yo lo habro cada dia, aunque no escriba, ya sabeis, el ánimo, el trabajo, los niños, etc.


un abrazo
el de la Soledad