Del asombro al bochorno El drama de los desahucios Sergio Farras | noviembre 5, 2012 Perder tu casa para alquilar un trastero Los que son desahuciados cada día puestos en la dura y fría acera, dejan atrás mustios y sombríos recuerdos de su vivienda habitual. Vamos, que donde normalmente vivían como derecho fundamental, ahora son arrebatados de sus techos que les protegían; la morada, el suave sitio donde uno habita. Los que son echados a la calle como muebles gastados y de desusa utilidad, fueron víctimas en su día de la burbuja inmobiliaria más salvaje y feroz, que acabó estallando como una pompa ilusoria y ficticia de jabón. Esa tecno verborrea, que con tanto vacile se movía entre las agencias inmobiliarias, es ahora muda y de denso silencio. La fiesta del ladrillo se acabó para siempre, dejando una estela de ruina de deshechos y dramas personales. De hipotecas de morosa cobranza que probablemente jamás amorticen, porque adquirieron deudas astronómicas imposibles de saldar por muchos años que desee uno vivir. Desmantelándose el estado del bienestar, que apoyado en la muleta de las especulaciones tanto aroma exhaló durante estos últimos años de desvaríos económicos. |