Alcolea del Río - Sevilla

EL DELANTAL DE LA ABUELA

¿Te acuerdas del delantal de la abuela?
La principal función del delantal de la abuela era proteger el vestido que estaba debajo.
Pero además servía de agarradera para retirar la sartén más que caliente del fuego.
Era una maravilla secando las lágrimas de los niños y, en ciertas ocasiones, limpiando sus caritas sucias.
El delantal servía para transportar desde el gallinero los huevos, los pollitos que necesitaban terapia intensiva y, a veces los huevos golpeados que terminaban en el horno.
Con él se recogían los frutos que caían de los árboles al terminar el verano.
Cuando llegaban visitas, el delantal de la abuela servía de refugio a los niños tímidos y, cuando hacía frío la abuela se envolvía los brazos en él.
Aquel viejo delantal agitado sobre el fuego, oficiaba de fuelle. Y él era el que cargaba con las patatas y la leña hasta la cocina.
Servía también de canasto para llevar las verduras desde la huerta.
Cuando se acercaba la hora de comer, la abuela salía a la puerta y agitaba el delantal, y entonces los hombres que estaban en los campos comprendían de inmediato que el almuerzo estaba listo.
Después de usarse en la cosecha de la cebada, le tocaba el turno con los repollos.
Cuando alguien llegaba inesperadamente, era sorprendente la rapidez con que el viejo delantal podía sacar el polvo de los muebles.
La abuela también lo usaba para colocar en la ventana la tarta recién sacada del horno, para que se enfriara. Actualmente, por el contrario, la nieta coloca la tarta en el mismo lugar, por el contrario, pero para que se descongele.
Pasarán largos años antes de que alguien invente un objeto que pueda reemplazar aquel viejo delantal que tantas funciones cumplía…
Aunque quizás ya no hay abuelas que…
Tengo que proteger el vestido, dado que hoy hay muchos, y tenemos máquinas que los laven.
Las agarraderas de las sartenes ya no queman.
Las caritas de los niños las lavamos con toallitas húmedas.
El fuego lo avivamos con un botón o una llave.
Y el polvo lo quitamos con bayetas ecológicas que repelen el polvo…
En recuerdo de mi abuela, hoy tengo colgado en mi cocina un delantal, que me recuerda a aquella persona tan querida y que tantas cosas fue capaz de hacer con el delantal sobre todo con tanto cariño. Un saludo.

Muy bueno Jose Maria. Es que ahora, cuando cuentas cosas como estas, rapidamente alguien sale diciendo "ya esta el abuelo con sus historietas", y claro "pasan de ti". Un saludo

Jose María,solo decirte que me ha encantado tu escrito,mi abuela siempre la conocí con su delantal de cuadritos blancos y negros,me ha traido muy buenos recuerdos!!!!


Un saludo C/Murillo

Que relato mas bonito sobre la abuela y su delantal me ha gustado mucho, un abrazo para todos los alcoleanos as.

Bonito relato del delantal con el has hecho recordar nuestra niÑez un saludo

Cuántos de nosotros hemos crecido agarrados al delantal!. Estupendo relato.

Saludos.

PRIMO que entrañable relato esta lleno ternura y cariño te felicito un saludo de tu primo.domingo rios moreno.

Felicidades José Maria: unos de los relatos mas hermoso y entrañable que leí sobre una prenda tan humilde como el delantar.
Espero que sigas escribiendo y demostrando tu valia.
Un saludo amigo.
manolin rejano (monaguillo)

Enhorabuena por este relato lleno de nostalgia y cariño, quien no se ha sentido reflejado en este escrito, precioso me ha gustado mucho.

un abrazo
el de la Soledad.

Precioso relato, José-María.Hace tiempo que no entro en el foro y no sé quién eres; pero sólo decirte que me ha encantado y que me he visto muy, muy reflejada viendo el delantal de mi abuela Carmen que servía para todo eso que tú dices, además de llevar en los bolsillos el dedal, las gafas, un pañuelo de la nariz..........
¡ precioso !

Un abrazo a todos: carcelera-panaera