Marisma y Puntales Adriano - Sevilla

Griñán inmola al PSOE de Andalucía.

Antonio Barreda Alcobet

Lunes, 13 de Diciembre de 2010 08:51

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Griñán no es el Comandante en Jefe que esperaban los acólitos del régimen. Es el tipo más triste y el presidente más apagado de todos, el que menos transmite y el que peor imagen ha tenido. Chaves no dejó ni que Zapatero, ni Pepiño, ni Pajín metieran mano en Andalucia, su cortijo, así que señaló con el dedo a su sucesor como la monarquía electiva, y se llevó al chico malo de Zarrías con él a Madrid para que no enturbiara los cambios y sucesiones que empezaría a realizar Griñán para consolidar su poder. Y lo hizo a golpe de Boja, de Decretos y Decretos-Ley. Quería hurtar al Parlamento los debates que ganaría por sus diputados, pero que dejaría letales dosis de mala imagen a su ya apagada estrella.

Cometió el error de nombrar a Rafael Velasco como sustituto de Pizarro. Pero no contó con que el escándalo de las subvenciones de la Junta a la academia de su mujer se lo llevaría por delante. Por otro lado, aunque al clan de Alcalá le tiene hambre mucha la estructura Pizarro fue el manigero sin escrúpulos de Chaves. Nadie sobresalía y nadie era protagonista si Pizarro no daba su visto bueno. Pero ¿cómo es que un tipo como Pizarro sin apenas formación controlara el aparato de forma tan pretoriana? Sólo Montilla o Pepiño dan una explicación regular a esta pregunta. El mejor enemigo el muerto. Y llenaron de muertos las páginas y los asientos de concejalías y de diputados y senadores. La crítica socavada y los castigos eran su mejor argumento. Así llegó el silencio a las filas del PSOE. Nadie habla, todos callan, pero todos asienten para conservar nóminas y privilegios del rango y del cargo.

Su segundo error es nombrar a Mario Jiménez como portavoz de su grupo. Este se ha convertido más que en un político en un hooligan desde la bancada del Parlamento, y un pésimo orador y mensajero cuando tiene un micrófono delante. Entonces, se olvida de todo y de todos, pierde los papeles y el veneno de destruir a la oposición, al PP en exclusiva, le recorre el cuerpo. Para corregir sitúa ahora cada vez más cerca a Caballos como eslabón entre la portavocía y el partido. Pero Caballos es como Pizarro, no deja atrás enemigos ni delante amigos. Y la lista de apuntados sobrepasa varias páginas. Así que los días de Mario en el cargo tocan a campanas de difunto.

Griñán heredó un régimen construido con 25 años de poder ininterrumpido, con familias monogámicas que llevan 25 años en las satrapías provinciales y que no querían empezar a ceder poder ante el elegido. Y el primero en plantar batalla fue el insufrible González Cabañas que creía que su satrapía era intocable. Tenía a Pizarro como baluarte, a Bibiana colocada como ministra y el aval de toda la provincia. Pero Griñán recogió el guante que le lanzó y empezó a tomarle medidas. Así que Cabañas, viendo el destino otrora de Caballos dio el paso atrás que Griñán le exigía. El recuerdo de Perales pesaba demasiado en San Telmo. Perales los controlaba a todos y cuando se fue dejó muchas cuentas pendientes entre ellos. La Bahía está hoy viuda de políticos del PSOE que están enterrados en las cunetas de la política gaditana. Solo el Clan de los Catetos sobrevive, pero desangrado por los votos en la provincia.

El último error de Griñán es el Decreto 6/2010 y su tramitación como Ley en el Parlamento. Ha conseguido lo que ningún gobierno ni sindicato había conseguido desde Larra: que los funcionarios y laborales se lanzarán contra el gobierno monolítico del PSOE de Andalucía con una virulencia desconocida en el país, y ellos solos están descosiendo la Administración que el PSOE quiere crear a base de quitarles derechos e igualarlos a la oscura administración paralela, con la complicidad de las centrales sindicales de UGT y CC.OO, en un ejercicio de falta de democracia y de legalidad constitucional de dar la espalda a los trabajadores de la función pública en beneficio de dotar de derechos, exclusivamente, a los externos.

Y al contrario de lo que acusan al PP. Ellos son los que privatizan, los que destruyen el estado del bienestar, los que congelan las pensiones, los que benefician a la banca, los que castigan los sueldos de los empleados públicos, los de la factura sombra y el copago de la sanidad, los que crean Agencias empresariales para gestionar lo público como antesala de lo privado, los que huyen despavoridos del derecho administrativo, del control de los interventores. Y son ellos los que abusan de los coches oficiales, que mal usan los 38.000 móviles que paga el contribuyente, y son ellos los que dan la espalda al millón de parados andaluces y son ellos los que abandonan a su suerte a las 600.000 familias andaluzas sin recursos.

Todo esto es lo que significa Griñán, primogénito José Antonio de nombre, y su partido.