Nuevamente hemos acudido un grupo de amigos a ese lugar tan excepcional, Sepúlveda. Hemos pasado uno de los días más agradables de los últimos tiempos, gozando primero de una mañana soleada en las Hoces y dando un largo y detenido paseo por todo el casco urbano. La comida
ha sido una maravilla, tanto por la calidad el condumio como por la de los vinos, que tomamos moderadamente,- De verdad, una maravilla, no me extraña que cada vez sean más las personas que se acerquen a disfrutar de la Segovia rural e histórica.- La recogida de níscalos en la tarde cerca de Cantalejo, cubrio nuestras espectativas micológicas del día. Después, regreso a Valladolid. Gracias a los sepulvedanos (as).
Únicamente hay que señalar la necesidad de emplear algo del presupuesto municipal en la mejora de los aparcamientos, con señalización adecuada para los domingueros. Sin embargo, la oficina de turismo e información municipal creo que cumple muy bien su cometido.-