Santa María la Real de Nieva - Segovia

El salón de baile de Ochando está que se cae, goteras, ventanas y cristales rotos, humedades en paredes, (el dinero aprobado por el plan "E" para la construcción de sus aceras desapareció), sin agua corriente ni servicios. El municipio no tiene dinero para arreglarlo.
Dado como está el patio, quizás sea mejor dedicar el dinero público para otras cosas más urgentes o importantes.
Por ello, en vez de quejarnos. La Asociación de Vecinos de Ochando buscamos financiación privada para su arreglo y mejora y obtuvimos más de 36.000 € de una empresa para tal fin.
¡¡Dábamos saltos de alegría!! Entonces propusimos al Ayuntamiento de Sta. María que nos cediera el local cuando nadie lo usara, los días de fiesta o eventos públicos sería gestionado por el ayuntamiento, solo cuando no hubiera actividad municipal y con ese dinero lo remodelaríamos y acondicionaríamos.
Y entonces el equipo de gobierno representado por el alcalde nos dijo que no, que se quedara en estado ruinoso.
Como justifica esta decisión:
Dice que está en buenas condiciones (no hubiera nunca creído que falseara de forma tan manifiesta lo evidente)
Durante los largos meses de invierno, la mayor parte de los residentes y habitantes de fin de semana que pertenecen a la asociación se les niega el uso de cualquier local público.
Es que no saben en este ayuntamiento que los locales son de los vecinos y que ellos no son sus propietarios, solo son sus gestores.
En Ochando dada la memoria historia que refleja en la publicación de la AAVV hay quien empieza a sentir vergüenza de actuaciones pasadas y se refugia buscando perdón y absolución en otros ámbitos.

...........creo que es un caso patológicamente flagrante de oligofrenia o idiocia y lo peor de todo: Se esta extendiendo por todo el Ay-untamiento a pasos agigantados.

Mis condolencias trasn-ochando. Tenéis todo mi apoyo y solidaridad.

Jose Luis Soldado Carbonero

Gracias José Luis, no solo por tus palabras sino sobre todo por tu compromiso con el cambio.
Copio una historía que aparece en el ultimo boletin de la AAVV de Ochando y que viene muy a cuento.
Lo primero que hizo mi profesor de derecho nada más entrar en la clase fue dirigirse a Juan:   - ¿Cómo te llamas? Me llamo Juan, señor. ¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más! - gritó el desagradable profesor.   Juan estaba desconcertado.  Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase.   Todos estábamos asustados e indignados pero nadie dijo nada. Está bien. ¡Ahora sí! ¿Para qué sirven las leyes?... Seguíamos asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta: "Para que haya un orden en nuestra sociedad"   "¡No!" contestaba el profesor   "Para cumplirlas" "¡No!"   "Para que la gente mala pague por sus actos" "¡¡No!!   ¿Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta?!"...  "Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.   "¡Por fin!  Eso es... para que haya justicia.   Y ahora ¿para qué sirve la justicia?"
 
Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera.  Sin embargo, seguíamos respondiendo:  "Para salvaguardar los derechos humanos" "Bien, ¿qué más?", decía el profesor. "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"... Seguir... "Para premiar a quien hace el bien." Ok, no está mal pero... respondan  a esta pregunta  ¿actué correctamente al expulsar de la clase a Juan?.... Todos nos quedamos callados, nadie respondía.   - Quiero una respuesta decidida y unánime. ¡¡No!!- dijimos todos a la vez. ¿Podría decirse que cometí una injusticia? ¡Sí! ¿Por qué nadie hizo nada al respecto?  ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica?  Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia.  Todos.  ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más!   Vete a buscar a Juan-  dijo mirándome fijamente. Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho.
 
Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la dignidad no se negocia.