Pregón Mercado Medieval 2009
PREGON MERCADO MEDIEVAL 2009
Sepan quantos esta carta vieren u oyeren como nos, el Concejo, regidores, alcalde y hombres buenos del lugar de Sanchonuño, jurisdicción de la Villa de Cuéllar, estando juntos en nuestro concejo, detrás de la iglesia de Santo Tomé del dicho lugar, donde nos solemos ajuntar para entender y proveer en las cosas tocantes al concejo, según es uso y costumbre, estando todos presentes, conviene a saber:
Alonso Monte y Bartolomé García, regidores, y Juan de Monte, alcalde, y Alonso Hernández, Domingo Recio, Juan Pérez, Juan de Montemayor, Juan Sánchez, Bartolomé Astillero, Alonso García, Juan Moreno, Hernán Rodríguez, Martín de la Herradura , Pero Manrique, Santos García, Francisco Pérez, Juan Escudero, Diego de Pinarnegrillo, Andrés Hernández, Andrés de Diego, Juan Barroso, Francisco Sanz, Antón Gómez, Andrés Rico, Gómez Muñoz, Juan Basurto y Pedro de Gila, todos vezinos del dicho lugar de Sanchonuño, por nos y en nombre de todos los otros vecinos que estáis ausentes bien como si estuvieseis presentes, otorgamos y conocemos por esta presente carta que damos todo nuestro poder cumplido a vos: Andrés Rico y Pedro de Gila y a Alonso Muñoz de Pinarejos, para que tratéis ante Su Señoría, el Duque, licencia para celebrar mercado en la plaza de este lugar.
Estando juntos, como dicho es, otorgamos y conocemos que son muchas las muchas razones que tenemos para que se repita en este nuestro lugar mercado como el avido el año antecedente, e para que concurran a él las personas que quisieren, no solo de nuestra Tierra sino también de qualesquier parte del Reino, e así como dicho es, que las dichas personas e cada una de ellas, así los vecinos e moradores de la Tierra de Cuéllar como de fuera de ella e de otras qualesquier partes, e para que lo mercadeado sea franco, e que cada uno ponga precio justo al producto de su trabajo, sin tener que dar razón del mismo al alcalde o sus justicias, e los productos sean libres, quitos e exentos agora de aquí adelante e por siempre jamás de impuestos y alcabalas para todas las mercadurías e paños de oro e seda e lana e estameñas e joyas e peletería e plata e oro e las bestias de labor que se traten, e los ganados ovino y porcuno, e las viandas e mantenimientos, e para todas las otras cosas que se traigan a nuestro mercado.
En testimonio de lo cual otorgamos esta carta que se hace llegar al muy ilustre Señor Don Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque, que es nuestro señor, a siete días de el mes de junio año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos y noventa nueve, a lo cual fueron presentes por testigos Frutos Martín, Juan de Santa, cura clérigo, vecinos del dicho lugar, y Gonzalo Calderas, barbero, vecino de Cuéllar.
Y respondió su señoría:
Yo, Don Francisco Fernández de la Cueva, Duque de Alburquerque, Conde de Ledesma e de Huelma, Señor de Cuéllar, hago saber a vos, al Concejo, justicia y hombres buenos del lugar de Sanchonuño, que atendiendo a las razones que en vuestra carta alegáis y habiéndome pedido por merced que yo os diera licencia para celebrar vuestro mercado, por ser cumplidero así a mi servicio como al bien de la república de la dicha mi Villa y su Tierra, téngo por bien dar dicha licencia a mis vasallos.
Por ello, tengo a bien concederos que durante dos días del mes de julio celebréis mercado donde los vecinos de la Tierra concurran con sus cosechas de pan, e rubia e puerros, maderas e ripias, vinos de fuera de la jurisdicción e productos de primera necesidad e traten los sus ganados y traigan paños, sayales y otros géneros para que se surtan con equidad todos los labradores e vecinos de Sanchonuño e los otros pueblos.
E para que concurran las gentes a vuestro mercado, que no se paguen alcabalas en las transacciones, merced que os tengo de dar por licencia de Sus Majestades Católicas, y disponed de las franquezas y exenciones que pedís.
Y esta es mi voluntad, y a vos la dicha mi justicia os mando y encargo que tengáis especial cuenta y cuidado con que ansí se cumpla e guarde esta licencia que concedo al lugar de Sanchonuño para celebrar su mercado, bajo la pena de diez mil maravedíes para mi cámara de cada uno de vos que lo contrario hiciese.
Dado en esta mi Villa de Cuéllar a tres días del mes de julio del año del nascimiento de Nuestro Señor Jesucristo de mil cuatrocientos noventa y nueve.
A todos mis vasallos, salud e gracia.
Yo, el Duque.
Celébrese el Mercado.
Sepan quantos esta carta vieren u oyeren como nos, el Concejo, regidores, alcalde y hombres buenos del lugar de Sanchonuño, jurisdicción de la Villa de Cuéllar, estando juntos en nuestro concejo, detrás de la iglesia de Santo Tomé del dicho lugar, donde nos solemos ajuntar para entender y proveer en las cosas tocantes al concejo, según es uso y costumbre, estando todos presentes, conviene a saber:
Alonso Monte y Bartolomé García, regidores, y Juan de Monte, alcalde, y Alonso Hernández, Domingo Recio, Juan Pérez, Juan de Montemayor, Juan Sánchez, Bartolomé Astillero, Alonso García, Juan Moreno, Hernán Rodríguez, Martín de la Herradura , Pero Manrique, Santos García, Francisco Pérez, Juan Escudero, Diego de Pinarnegrillo, Andrés Hernández, Andrés de Diego, Juan Barroso, Francisco Sanz, Antón Gómez, Andrés Rico, Gómez Muñoz, Juan Basurto y Pedro de Gila, todos vezinos del dicho lugar de Sanchonuño, por nos y en nombre de todos los otros vecinos que estáis ausentes bien como si estuvieseis presentes, otorgamos y conocemos por esta presente carta que damos todo nuestro poder cumplido a vos: Andrés Rico y Pedro de Gila y a Alonso Muñoz de Pinarejos, para que tratéis ante Su Señoría, el Duque, licencia para celebrar mercado en la plaza de este lugar.
Estando juntos, como dicho es, otorgamos y conocemos que son muchas las muchas razones que tenemos para que se repita en este nuestro lugar mercado como el avido el año antecedente, e para que concurran a él las personas que quisieren, no solo de nuestra Tierra sino también de qualesquier parte del Reino, e así como dicho es, que las dichas personas e cada una de ellas, así los vecinos e moradores de la Tierra de Cuéllar como de fuera de ella e de otras qualesquier partes, e para que lo mercadeado sea franco, e que cada uno ponga precio justo al producto de su trabajo, sin tener que dar razón del mismo al alcalde o sus justicias, e los productos sean libres, quitos e exentos agora de aquí adelante e por siempre jamás de impuestos y alcabalas para todas las mercadurías e paños de oro e seda e lana e estameñas e joyas e peletería e plata e oro e las bestias de labor que se traten, e los ganados ovino y porcuno, e las viandas e mantenimientos, e para todas las otras cosas que se traigan a nuestro mercado.
En testimonio de lo cual otorgamos esta carta que se hace llegar al muy ilustre Señor Don Francisco Fernández de la Cueva, duque de Alburquerque, que es nuestro señor, a siete días de el mes de junio año del nacimiento de Nuestro Salvador Jesucristo de mil cuatrocientos y noventa nueve, a lo cual fueron presentes por testigos Frutos Martín, Juan de Santa, cura clérigo, vecinos del dicho lugar, y Gonzalo Calderas, barbero, vecino de Cuéllar.
Y respondió su señoría:
Yo, Don Francisco Fernández de la Cueva, Duque de Alburquerque, Conde de Ledesma e de Huelma, Señor de Cuéllar, hago saber a vos, al Concejo, justicia y hombres buenos del lugar de Sanchonuño, que atendiendo a las razones que en vuestra carta alegáis y habiéndome pedido por merced que yo os diera licencia para celebrar vuestro mercado, por ser cumplidero así a mi servicio como al bien de la república de la dicha mi Villa y su Tierra, téngo por bien dar dicha licencia a mis vasallos.
Por ello, tengo a bien concederos que durante dos días del mes de julio celebréis mercado donde los vecinos de la Tierra concurran con sus cosechas de pan, e rubia e puerros, maderas e ripias, vinos de fuera de la jurisdicción e productos de primera necesidad e traten los sus ganados y traigan paños, sayales y otros géneros para que se surtan con equidad todos los labradores e vecinos de Sanchonuño e los otros pueblos.
E para que concurran las gentes a vuestro mercado, que no se paguen alcabalas en las transacciones, merced que os tengo de dar por licencia de Sus Majestades Católicas, y disponed de las franquezas y exenciones que pedís.
Y esta es mi voluntad, y a vos la dicha mi justicia os mando y encargo que tengáis especial cuenta y cuidado con que ansí se cumpla e guarde esta licencia que concedo al lugar de Sanchonuño para celebrar su mercado, bajo la pena de diez mil maravedíes para mi cámara de cada uno de vos que lo contrario hiciese.
Dado en esta mi Villa de Cuéllar a tres días del mes de julio del año del nascimiento de Nuestro Señor Jesucristo de mil cuatrocientos noventa y nueve.
A todos mis vasallos, salud e gracia.
Yo, el Duque.
Celébrese el Mercado.
Enviado por: carrapinar | Ultima modificacion:14-07-2009 18:17
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