Ochando - Segovia

El pasado día 19 de noviembre se celebro en el pueblo la festividad de San Clemente y lo que vi fue como viajar en el túnel del tiempo hacia el Medievo.
Se abrió ese día el teleclub, aunque había solicitado al ayuntamiento su gestión la Asociación de Vecinos del pueblo, le fue concedida a un forastero, en un principio lo que no tenía ningún sentido más tarde lo tubo.
Al terminar la misa y su procesión correspondiente el alcalde de Santa María, Jaime, el alcalde forastero (no vive en el pueblo) pedáneo, Juan Carlos, el ayudante del alcalde forastero pedáneo (que tampoco vive en el pueblo), José Antonio, el cura (que tampoco vive en el), Alfonso y algunos de sus allegados (que tampoco son residentes) se meten en el cuartito que hace de sala de espera del médico y celebran la fiesta con barra libre pagado por el Ayuntamiento.
Es de destacar que en el pueblo de forma continua durante todo el año solo viven trece personas de las cuales allí solo había una, pero allí estaban el alcalde, el representante del alcalde y el ayudante del representante del alcalde con amigos y familiares bebiendo a costa del pueblo.
Es curioso que con todo lo que era Eusebio, no había año que no se pasara por el teleclub y saludara al pueblo llano, los parias, los no elegidos para beber de gorra, en esta ocasión ninguno de los tres lo hicieron.
Creo que uno de los motivos por los que se denegó la gestión a la asociación fue el mantener estos privilegios medievales, de tiempos en que los poderes se servían del pueblo en vez de entender que son ellos los que deben de servirlo.
Posiblemente por ello fue que este año los dulzaineros tampoco entraron en el teleclub, entrando en él un reducido número de vecinos, algunos de ellos con un brazalete naranja y una pegatina que decía “Todos somos Ochando”, reclamando una igualdad de trato por parte de los vecinos que se fueron del pueblo facilitando su abandono y deterioro pero que se consideran con derechos para parar las iniciativas de los nuevos vecinos. Dicen que son los del pueblo de toda la vida cuando llevan fuera de él, mucho más de la mitad de sus vidas. Por ello y sin intención de excluirles “TODOS SOMOS OCHANDO”