200 pesetas Publicado en opinión, del Adelantado de Segovia el 27 07 2012 200 pesetas Tribuna Carlos Lázaro Cantalejo No nos conocemos mucho y en parte es debido a que desde los 14 años he vivido más tiempo en Valladolid, donde me desplacé para estudiar y ahora es el lugar donde trabajo. No obstante he permanecido muy vinculado a mi querido pueblo porque es donde residen mis padres, dos de mis hermanas, cinco sobrinos y una amplia familia. Además, es el lugar de rencuentro con mis amigos y vecinos de la infancia. Dentro de mis recuerdos de la infancia, tengo un grato recuerdo de hacer los pequeños encargos que mi madre me mandaba cada mañana y uno de ellos, que por cierto me encantaba, era ir a comprar el pan “donde Pinela”. Allí encontraba un ambiente estupendo donde olía a pan recién hecho y donde las muestras de cariño con el que siempre me habéis tratado tus padres, tus dos hermanos y tú me hacía volver un día tras otro. Mis recuerdos en vuestra panadería son bonitos, además, en numerosas ocasiones me dejabais entrar y fisgonear en todo el minucioso proceso de elaboración del pan, recuerdo incluso haberme reído mucho con vosotros y haber disfrutado ampliamente con estas pequeñas experiencias. Incluso había días que encontraba una buena excusa e iba dos veces para cubrir también los recados de mis abuelos. Fue también a la puerta de vuestra panadería donde me pasó aquella divertida anécdota de la bicicleta cuando guardé en el manillar el billete de 200 pesetas que mi madre me había entregado para pagar el pan y tras los esfuerzos de los que allí estábamos fue imposible recuperar el billete… pero nos echamos unas muy buenas carcajadas. Los tiempos han cambiado, y entre otras cosas, mi cariño por tu familia sigue intacto, el billete de 200 pesetas continúa en el manillar de la bici y tú has sido elegida democráticamente alcaldesa de Navas de Oro. El año pasado en fiestas te di dos besos y te felicité por la elección a pesar de no haberte votado. Como te contaba, he seguido muy de cerca los acontecimientos en Navas de Oro en los últimos meses y debo manifestarte todo mi rechazo y mi desprecio por las medidas que has tomado respecto al sueldo que te has impuesto en estos terribles momentos de recesión y por tu obsesión desmedida por cerrar el Centro de Día. Creo en el diálogo y la negociación y aun cuando las relaciones están rotas, hay que seguir negociando. Te invito a que reflexiones y sepas rectificar para buscar entendimiento con tus vecinos. Prefiero pensar que esa bondad que tenías cuando era pequeño e iba a vuestra panadería no está perdida. |