El Espinar - Segovia

Aunque a algunos aficionados todavía les cueste entenderlo y asimilarlo, el llamado toro de lidia -o toro "bravo"- dispone de un sistema nervioso tan desarrollado como el de otros mamíferos superiores con los que comparte al menos el 80% de su genoma. Y cualquier persona medianamente informada sobre esto sabe de sobra que la divisa, la garrocha, las banderillas y el estoque son bárbaras y crueles acciones que se aplican en la plaza a ese noble animal, que ya lleva una tortura previa antes de salir al ruedo, incluyendo a veces un largo viaje para trasladarlo hasta el toril desde su hábitat en la dehesa.
Por eso cada vez asiste menos gente a las corridas de toros, que ya no tienen ninguna justificación tradicional en pleno siglo XXI, pues la celebración de este tipo de espectáculos hoy en día ya es indefendible.