los perros alegran la vida Hay quien cruelmente ha llamado “antesalas de la muerte” a los asilos de ancianos, y me parece muy fuerte. Hoy se inventó el eufemismo de “residencias geriátricas”, que significa lo mismo de forma menos traumática. Pero hay una realidad que no puede soslayarse: un asilo es soledad a la que uno ha de adaptarse porque ha cambiado el entorno, cambian con él las costumbres, lo cual produce un trastorno, y es preciso se vislumbre un resquicio de alegría en el tren del día a día, y que el buen humor alumbre. Hay en Navarra un asilo que todo esto ha valorado iniciando un nuevo estilo de vida entre los ancianos, e introdujo la presencia de algunos perros-mascota que al asilo ponen nota de positiva influencia, y quitan, en cierto modo, del anciano la morriña, y sucede sobre todo que con ellos se encariñan. Un perro ofrece alegría, un perro es un buen amigo. Da el perro la compañía que, a veces, no dan los hijos. |