Castillo del Amor Castillo d’Amor Hame tan bien defendido, señora, vuestra memoria de mudança, que jamás nunca ha podido alcançar de mi victoria oluidança, porqu’estáys apoderada vos de toda mi firmeza en tal son, que no puede ser tomada a fuerça mi fortaleza ni a trayción. La fortaleza nombrada está’n los altos alcores d’una cuesta sobre vna peña tajada, maçiça toda d’amores, muy bien puesta, y tiene dos baluartes hazia el cabo c’a sentido ell oluidar, y cerca a las otras partes vn río mucho crescido qu’es membrar. El muro tiene d’amor las almenas de lealtad, la barrera qual nunca tuuo amador, ni menos la voluntad de tal manera; la puerta d’un tal desseo que, aunqu’esté del todo entrada y encendida, si presupongo c’os veo, luego la tengo cobrada y socorrida. Las cauas están cauadas en medio d’un coraçón muy leal, y después todas chapadas de seruicios y afición muy desigual; d’una fe firme la puente leuadiza, con cadena de razón, razón que nunca consiente passar hermosura ajena ni afición. Las ventanas son muy bellas, y son de la condición que dirá aquí: que no pueda mirar d’ellas sin ver a uos en visión delante mí; mas no visión que m’espante, pero póneme tal miedo que no oso deziros nada delante, pensando ser tal denuedo peligroso. Mi pensamiento, qu’está en vna torre muy alta, qu’es verdad, sed cierta que no hará, señora, ninguna falta ni fealdad; que ninguna hermosura no puede tener en nada, ni buen gesto, pensando en vuestra figura que siempre tiene pensada para esto. Otra torre, qu’es ventura, está del todo caýda a todas partes, porque vuestra hermosura l’a muy rezio combatida con mil artes, con jamás no querer bien, antes matar y herir y desamar vn tal seruidor, a quien siempre deuiera guarir y defensar. Tiene muchas prouisiones que son cuidados y males y dolores, angustias, fuertes passiones, y penas muy desiguales y temores, que no pueden fallescer aunqu’estuuiesse cercado dos mil años, ni menos entrar plazer a do ay tanto cuydado y tantos daños. En la torre d’omenaje está puesto toda ora vn estandarte que muestra, por vassallaje, el nombre de su señora a cada parte, que comiença como más el nombre y como valer ell apellido, a la qual nunca jamás yo podré desconoscer aunqu’e perdido. Fin A tal postura vos salgo con muy firme juramento y fuerte jura, como vassallo hidalgo, que por pesar ni tormento ni tristura, a otri no lo entregar, aunque la muerte esperasse por beuir, ni aunque lo venga a cercar el Dios d’amor, y llegasse a lo pedir. |