El Valle Amanece... Es un día de marzo, despejado calor agradable que ya da el sol despierta el campo, aletargado despereza, agradece el resol. La tierra toma multitud de colores entre valles, que nos diera placer y calma, alegría sin rubores; El Jerte y La Vera... ¡Lo que más quiera!. Calvitero... Magnifico e impresionante orogénica montaña que vigilas, desde tu posición dominante; el encanto del paisaje, que asilas Todos los ríos que riegan estas tierras, de tu interior proceden haciendo que fértil y bellas sus dones den; favor conceden. Tornavacas... Principio del Edén, que no termina hasta avistar Ambroz, (Plasencia); paraíso que el Jerte... domina que de belleza, no tiene carencia Puerto desde donde ver hermosas tierras de mi amor que si no pudiera tener; espléndido mirador; ¡Que gran dolor! Cerezos... Árboles sois de tan blancas flores que se diría esta siempre nevado, y de esta tierra, sois sus dones belleza sin par, placer ganado. Rosa no eres, pero sí tan bella sabroso fruto, riqueza divina casi todo el valle, vive en ella y todo el que te ve; ¡Con placer admira!. Anochece... La tierra se cubre con el manto de la noche, y todo se calla excepto el río, rumor que parece llanto de agua, sonido grato donde lo halla. También llora mi corazón porque mis ojos ya no ven tu valor, que gran desazón, solo he de esperar; ¡Otro amanecer!. |