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Museos de Salamanca: La guinda para un conjunto arquitectónico espectacular
Dentro del Convento de San Esteban se halla un pequeño museo que alberga las piezas más representativas del culto, vocación y decoración que resumen la trayectoria de los dominicos en nuestra ciudad. Sin duda, un pequeño tesoro dentro de un espacio único
09/05/2010

Una de las piezas de marfil que se expone en San Esteban
Los dominicos se instalaron en Salamanca a mediados del siglo XIII. Más de setecientos cincuenta años en nuestra ciudad para dejar un legado histórico y patrimonial único, que tiene como punto álgido el actual convento de San Esteban, grandioso y espectacular, finalizado en el siglo XVI en la plaza del Concilio de Trento.

Su imponente fachada de estilo plateresco, el claustro de los Reyes, la iglesia, la sacristía… Todo un conjunto arquitectónico que es, desde hace décadas, uno de los principales reclamos del turismo charro y al que se ha unido desde 1993 un pequeño museo que resume la vida de los dominicos en Salamanca.

Hay que acceder al piso superior del claustro para encontrar una pequeña puerta que da paso a la antigua biblioteca de los dominicos. Ahí se encuentra este rincón museístico dividido en dos espacios, uno permanente y otro temporal, que albergan las piezas más características de la vida en el convento, el culto, la vocación y la decoración de los dominicos.

Con una música celestial de fondo que emula el antiguo cantoral dominicano, entramos en la primera sala, la exposición permanente. En este primer espacio minimalista se encuentran las obras más valiosas pertenecientes a la orden dominica que se conservan en la actualidad. Hay que tener en cuenta que en el agitado siglo XIX se perdió gran parte de la ornamentación de San Esteban. Aún así la exposición cuenta con importantes manuscritos, cantorales, marfiles, ornamentos, orfebrería religiosa de los siglos XIII-XVII e imágenes barrocas, pinturas y relicarios.

Destaca la colección de marfiles y los artículos de estilo namba

En este paseo por el espacio museístico, nos encontramos con una magnífica colección de artículos del peculiar estilo namba. Un arte desarrollado en Japón entre 1500 y 1600 y del que todavía se conservan varios objetos decorativos y esculturas religiosas realizadas por los cristianos orientales.

Junto a éstos, la exposición también alberga una colección de marfiles en un perfecto estado de conservación. Destacan una serie de representaciones de la cruz de Cristo con su policromía original intacta. Completan la exposición una serie de elementos que representan el acto de la eucaristía, las vestimentas típicas litúrgicas o una serie de pinturas sobre cobre. La mayoría de ellos de gran valor patrimonial y conservados con mimo en este primer espacio expositivo.

La biblia en San Esteban

Tras deleitarnos con las maravillas de la primera sala, accedemos al segundo espacio expositivo. Se trata de una pequeña sala restaurada este año y acondicionada para acoger exposiciones temporales que complementen la oferta del museo.

Precisamente en el pasado mes de abril, se instaló la primera exposición que consiste en una muestra del estudio, investigación y difusión de la Biblia en el mundo cristiano, a través de valiosas ediciones de los siglos XV al XVIII. Aquí podemos encontrar biblias en todo tipo de lenguas y tamaños, destacando ediciones que hablan de la física sacra o de la geografía desde el punto de vista bíblico.

Esta exposición estará disponible hasta el próximo mes de noviembre y ésta le sucederán otras de temáticas similares que tendrán como objetivo fundamental dar a conocer el gran fondo documental de la biblioteca del convento. Una sala de exposiciones temporales que sirve de complemento perfecto para la muestra permanente. Ambas constituyen un museo que, sin duda, es la guinda para el Convento de San Esteban, un conjunto arquitectónico grandioso.

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Fecha: 09 de mayo de 2010
Autor: Javier García.

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