El Sahugo - Salamanca

En nuestros días se puede disfrutar en miuchas casas de modernas estufas y chimeneas que caldean no solo la cocina sino el resto de la casa. Permiten, incluso, cocinar sabrosos cocidos garbanceros y asdos de carne.
Hasta hace unos años lo que albondaban eran las llamadas cimeneas francesas que habían sustituido al cabo de los años a las antiguas chimeneas de campana, que ocupaban poco más o menos, la metá de las cocinas.
Disponían de un eje transversal del que pendían las "llares", con un gancho para colgar el caldero del berbajo pa los marranos o el agua para tener agua caliente..Normalmente, se aprovechaba el espacio más abierto para curar la chacina colgando las morcillas y los chorizos. Los jamones se colgaban en la parte más retirada de la cocina porque no precisaban de forma directa el calor de la lumbre o el fuego.
Tanto en las chimeneas francesas como en las de campana, el frontal lo constituía una piedra de cantería, más o menos basta, rodeada de un espacio de barro liso llamado humero o jumero y que se loaba con una escobilla gastada para suavizar los efectos del humo,
la lumbre se situaba sobre otra muela de piedra, aunque más tarde se sustituyó por una plancha de hierro sobre la que se colocaban los tizones o matacanes y los pucheros con los que se aprovechaba el calor de la mañana para el sempiterno cocido y por la tarde para las patatas, también cocidas, y acompañadas con tajás de tocino.
La cocina fue siempre el centro de la actividad familiar en los fríos días de invierno en los que los dagales llegaban engarañaos de los.juegos infantiles o de alguna tarea que se le encomendara:"El trabajo de un niño es poco, pero el que lo desprecia es un loco".
En la cocina se secaban los pantalones calados y los escarpines del padre cuando volvía de mondar alguna gavia o de levantar los portillos que el tiempo invernizo esgarrumbaba.
Si la cocina pertenecía a alguna de las tabernas, albergaban a gran cantidad de viejos que llenaban sus estómagos con el vino de los medios y el ambiente con sus coversaciones y el humo de los cigarros recién liados. Seguro que muchos foreros habrán sido testigos de jugosas anécdotas y es el momento de recrearlas. Yo no voy a repetir aquí lo que ya se ha dicho en algún otro sitio. Simplemente, recordaré a uno de los personajes más entrañables y divertidos, que compartió numerosa tardes de invierno y cuyos acertijos y chascarrillos sería demasiado prolijo recvivir, por lo que me limitaré solamente a dos de ellos:El personaje en cuestión era tío Agustinín, del que quedan muchos familiares en el pueblo y que seguramente conocerán mejor que yo su gracia al contar acertijos como el que sigue:
"¿Quién me compra este conejo
que ayer tarde se mató
y el cazador que lo mató
trenta años hace que murió?"

O este otro: "Un cazador va de caza,
mató tres perdices
Y vivas las trajo pa casa"

También planteaba algún acertijo de tema amoroso, como el de la carta que la moza escribía al soldado que andaba pallá, "pande los moros:

"El enamorado galán,
si eres sabio y entendido,
ahí te mando mi nombre
y el color de mi vestido"

Ingeniosa la dagala ¿no?

No sé si alguien se ha sentido interesado por los acertijos de tío Agustinín, consuegro de tío Antonio Valor, con quien coincidía a veces en casa de alguna hija y nuera.
Aunque dar la solución de un acertijo sea como explicar un chiste, (lo hacía el expresidenteCalvo Sotelo), aclaro la situación para ver si alguno se animaa dar la solución y a continuar el hilo, que de otra manera va. A ser tan corto que no va a dar ni para coser un botón.

El primer acertijo explicaba tío Agustinín con su gracejo inolvidable pasó en un cementerio. Al hacer una sepoltura nueva, salió la calavera de un conocido del enterrador fallecido trenta años antes y la colgó de la rama de un árbol debajo del cual había un conejo durmiendo la siesta. Empezó a soplar el aire y la calavera...

En el segundo, la clave está en la palabra Vivas, que era el apellido del cazador.

En cuanto al tercero, si no lo cogemos, no me extraña lo del informe Pisa.

Manillos: creo que el tío "Agustinin" había ido más la escuela de los pastores, que a la otra. Pero continua, porque éste acertijo merece acertarlo.

Es como aquel, "acertijo acertaja"
¿Quien puso el huevo en la paja?

Y, que le dijo judas a Erodes ?

La gallina.

Piqué, pues lo que decía el otro a continuación era:

-"Cagajon pa el que tanto adivina".