Capilla del Rio - Salamanca

Cuesta más responder con gracia y mansedumbre, que callar con desprecio. El silencio es a veces una mala respuesta.

En cada amanecer hay un vivo poema de esperanza, y, al acostarnos, pensemos que amanecerá. Un charro nunca cierra la puerta la canda.

Un charro no cambia los articulos, los descambia.

Para ser normal en la vida hay que tener un poco de locura.

Un Charro no come pescado, come pesca.

Un Charro no dice tonterias, dice mandangas.

Un Charro no ataja, atrocha por la acera.

Un Charro no se va de fiesta, se va de pindongueo.

Si quieres hacer reír a dios cuéntale tus planes.

Si quieres hacer reir a un charro, invitale a una botella.
No dudes nunca en buscar aquello que te da felicidad, incluso cuando los demás se pongan en tu contra. No puedes vivir tu vida según las expectativas de quienes te rodean.

El toque de un charro transforma vidas, y esas vidas transforman emociones

Los Charros son como los vinos: la edad agria los malos y mejora los buenos.

Un charro no merienda, se pone las botas.

Es importante no confundir la cocina fusión con la cocina confusión, que es lo que han hecho muchos cocineros que no son Charros. La cocina no la puedes separar de la persona que la hace ni del lugar donde la consumes.
Comida que mucho hierve, sabor pierde.

Un hobre que no acepta su cultura ni tradiciones no es digno de pisar el suelo donde nació.