Bermellar - Salamanca

Los datos de las elecciones son tan oficiales como el mal perder de Pedro, el catedrático perdedor, el cuál sin ningún tipo de vergüenza, educación, ni saber estar “monto el pollo” ayer. Quiso obtener de forma rastrera y sucia lo que no podía obtener en las urnas dónde los electores hablaron claro y alto, muy alto.

Todo vino de querer impugnar todas las papeletas de ciudadanos amedretando a la presidente de la mesa porque, según su versión, el nombre de uno de los candidatos estaba mal escrito. Pedro es catedrático, y eso le da unos conocimientos inauditos que le alcanzan para saber cómo se llaman, o no se llaman, las personas y si el nombre que te ponen tus padres al nacer es el correcto.

Eriz es Eriz en su carnet de identidad, pero Eriz José en el certificado empadronamiento. Suficiente argumento para el PP para querer trampear lo que los votos no le dieron. Suficiente también para quedar completamente retratados a la vista de todos.

Pero tranquilos, peperos, dentro de cuatro años tenéis otra oportunidad. Paciencia eso si

Como siempre a el lo q le gusta es joder la tana parahacerse el importante y llamar la atencion

Eso solo demuestra las malas formas de Pedro Cordero, que se cree más que los demás y se las va dando de "catedrático". Es catedrático de enseñanza media, es decir, de instituto. Es el grado mayor de profesor de instituto, ni más ni menos. Es un mero profesor de secundaria que escribió hace muchos años una tesis doctoral y que no se ha reciclado (como casi todos los profesores de secundaria).

De todos formas, no puede dárselas de premio nobel ni del más sabio del pueblo (que es lo que hizo el otro día) porque hay gente en el pueblo (o casados con gente del pueblo o hijos) que tienen posiciones bastante más altas en el ámbito de la enseñanza, por ejemplo en la universidad. Yo, que soy becario de investigación (el último mono, vamos) y conozco el tema un poco, al menos conozco a tres.

Pero ni esos tres ni mucho menos Pedrín ni nadie valen más que un agricultor, ni más que un peón ni más que nadie. Y tampoco valen menos, claro. Todos valemos lo mismo. Exceptuando los políticos profesionales. Esos sí que no valen nada y deberíamos tratarlos como unos apestados. Y entre ellos hay muchos "amiguitos" de Pedro.