Aldearrodrigo - Salamanca

La entrada de hoy es de las que podríamos denominar de auto-ayuda, pero no en plan "Como mantener la autoestima cuando llevamos un sombrero verde a la puerta de una iglesia evangélica" o "Aprenda a pescar truchas con mosca sin necesidad de ponerse unas botas por encima de la rodilla". La califico como de auto-ayuda por que el principal motivo de esta entrada es poner algo negro sobre blanco (o bit sobre bit) para ver si así consigo aprenderlo de un puñetera vez, motivo principal de este blog como ya he comentado en mas de una ocasión, aunque si también es de utilidad para algún amable lector, pues miel sobre hojuelas. Así pues describamos las distintas denominaciones que recibían cristianos y musulmanes en la península ibérica en la Edad Media

Para mantener la autoestima ante una iglesia evangelica es suficiente con quitarle el sombrero verde a la Filomena y no espantarse al verla con esos pelos estilo duquesa Alba estrella la mañana asi descanse en paz y nosotros tambien. Amen.
La pesca con mosca sin botas puede bien aconsejar el abogado que acompaña a la Filomena, asi conserve su camisa del Maximo Dutti sabiendo que la tiene guardada en el armario de la habitacion de al lado, dificil tener el poder de Valorarse cuando el abogado cambia la camisa para la otra habitacion ya que la cama no tiene cabecero donde queria colgar el pez que habia pescado guardandolo igual que una reliquia en una esquina de la parte de abajo de la cama.

Hay un nombre con el que denominaban a los musulmanes que se convertian al cristianismo, creo que eran los moriscos. Realmente muy apreciados por su conversion de paganos a cristianos. Mas apreciados que los cristianos de nacimiento.

Voy de paso

Tus seguidores te delataron
Está una señora que puso un cartel que decía "busco
marido que no me pegue, que no me abandone y que
haga muy bien el amor".Entonces llega un señor a
la puerta...¡toc!¡toc!
La señora abre y ve un señor sin manos ni piernas, y
la señora dice:
-¿Qué se le ofrece?
-Vengo por lo del cartel, no tengo manos no
le puedo pegar, no tengo piernas no la puedo dejar...
Y la señora dice:
-¿Y de sexo?
-Señora ¿con qué cree que toqué a la puerta?


Nunca presumi de nada, ni predique en vano.