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La persecución a la Iglesia,al Papa y a católicos,motivos indudables de alegría

Acabo de leer esta entrada de Elentir: Este fanático quiere encarcelar al Papa, y siguen las persecuciones contra la Iglesia y los católicos, pero esta vez además directamente contra el Vicario de Cristo en la Tierra.

Quienes hayan leído alguna vez el Evangelio, o piensen en la Semana Santa, podrán comprobar que las Sagradas Escrituras son lo único que jamás pasa de moda, que son de rabiosa actualidad, que hoy en pleno siglo XXI (más de dos mil años después) se sigue queriendo matar a Cristo, y que como a los sirvientes de Satanás les resulta imposible hacerlo directamente, pues se ensañan primero contra el Vicecristo, contra la persona que el mismo Dios eligió para representarle, el santo Padre, el Papa.

Y digo en el titulo de esta entrada que debemos tener “motivos indudables de alegría” porque, aparte de que a los católicos nos causen rabia o verdadero rechazo estas persecuciones, debemos pensar varias cosas (elijo solo las más conocidas, las más populares) por las cuales debemos alegrarnos:

- Ya en el Paraíso, el Ángel caído, Satanás, utilizó a una persona para que se rebelase contra Dios y se creyese que podría sustituirle, suplantarle, ser dioses y dominar.

- Luego en Egipto se esclavizó al pueblo cristiano.

- Cuando Herodes se enteró del Nacimiento de Cristo, mandó matar a todos los niños que hubiesen nacido por la misma fecha, de forma que según Herodes en su infinita ignorancia, nadie le arrebatase su trono finito, pasajero, terrenal por tanto. Tal vez estuviese convencido de que nunca moriría.

- Seguimos con miles de persecuciones a lo largo de estos veintiún siglos, durante los cuales se han asesinado, torturado, y encarcelado a los seguidores de Cristo, y siempre con intervalos de más o menos años, y alrededor del mundo, sin distinción de razas, ni de países.

- Lo más “reciente” antes de ahora lo encontramos en el asesinato y violaciones por parte de socialistas y comunistas (PSOE, IU y nacionalistas) durante los años treinta, durante la Guerra Civil española, originada por los antecesores de los actuales gobernantes, que comenzaron exactamente de la misma forma que están haciendo ahora, en pleno siglo XXI, en el año 2010 de nuestra era.

- Terminamos con más persecuciones, ahora en nuestros días, y precisamente con los sucesores de los que mataron a católicos civiles y del clero, y violaron a religiosas en los años treinta en España.

El motivo por el que debemos y tenemos que alegrarnos es porque si lo meditamos, Satanás se ha valido de ciertas personas a lo largo de la Historia para descargar su odio contra Cristo y su Iglesia, y siempre sigue un mismo patrón, nada nuevo bajo el sol, y siempre por el mismo motivo: La pérdida de almas para su “legión”.

Podemos comprobar que precisamente cuando en los pueblos se han ido acercando las personas cada vez más a Dios, es cuando vienen las persecuciones.

Satanás se vale de quienes viven de espaldas a Cristo para intentar quitarle almas, y es por eso que cuando Satanás actúa de forma tan violenta significa que ha venido perdiendo almas de forma alarmante, que las conversiones son imparables. Nadie que esté alejado de Cristo es tentado como los que están al servicio de Cristo y su Iglesia, y no son tentados, porque ya los tiene asegurados.

Por esto mismo tenemos que alegrarnos, porque Cristo triunfa como siempre, mientras más persecuciones hay, más conversiones, y por tanto más personas se salvan. Claro que esto no lo entienden los que sirven a Satanás, odian demasiado y ese odio les hace ignorar una realidad de la que se enterarán cuando vean con los mismos ojos que tienen ahora que han fracasado, y que lo que pretendían no lo han conseguido, solo condenarse ellos solitos, libre y voluntariamente.

Y recordemos que si a Cristo lo mataron, sus discípulos no podemos ser más. Cristo nos quiso demostrar hasta donde debe llegar el Amor, hasta donde llegó su Amor por nosotros, y hasta donde debe llegar el nuestro por Él.

Sin persecuiones, no hay santos. El hedonismo, la comodidad, la falta de sacrificio y esfuerzo, son los peores aliados para la salvación. Si los millones de santos hubiesen vivido comodamente, tranquilamente y sin preocupaciones, no serian santos.

“Estos tiempos de persecuciones son tiempos de santos”. Que no se nos olvide.

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