Villalba de Guardo - Palencia

LOS GITANOS

El principio del otoño, no sólo traía a Villlalba la caída de las primeras hojas de los chopos. También solían llegar puntuales, los gitanos, a los que muchos llamaban “húngaros”.
Yo no comprendí hasta pasados algunos años las dos llegadas de estas gentes al pueblo: finales de primavera y mediados de otoño. Más o menos dos o tres familias, unas doce o quince personas.
Llegaban con alegría y bullicio, con sus burros, perros y carromatos decorados con pinturas llamativas, con capota o sin ella y siempre con algún “churumbel” que su madre portaba en jarras y a veces amamantado al instante y sempiternamente. A nosotros , los niños, nos daban cierta envidia porque ellos eran libres y no asistían a la escuela, ni seguro, se lavaban todos los días.
Pero también nos infundían cierto temor por su forma de ser y de vestir. Casi siempre de negro. Los hombres con su garrota y mirar torvo, con poblado entrecejo y tez muy negra, las mujeres con sus pañuelos y faldas largas y ampulosas con las tijeras colgando de sus cinturas y los niños medio descalzos y desarropados.
Para el pueblo era una novedad que rompía la diaria monotonía de la vida. Y la voz de su llegada corría de boca en boca en un abrir y cerrar de ojos por toda la vecindad.
¡Los gitanos han llegado!
Casi siempre solían ser las mismas familias y el mismo lugar de acampada; el comienzo del Plantio, en la chopera, el descampado de la Cañada ,antes del segundo puente y algún otro menos frecuente.
Estas dos visitas al año tenían su motivo. Eran los dos momentos en los que el pueblo entero estaba atareado en la siembra o recogida de la patata. Y los gitanos lo sabían, como sabían que el útil más necesario para estas tareas eran los cestos, principal actividad artesanal de ellos.
Nadie, ni mayores ni pequeños íbamos a su campamento donde , lo primero que hacían una vez elegido el sitio y puestos los carros en círculo, era hacer una candela que se mantenía encendida día y noche y hasta el momento de su marcha, Aquel humo permanente, que delataba su presencia y ubicación, impregnaba el ambiente de olor a leña y paja quemada. Alrededor de la lumbre y delimitando la hoguera había siempre un círculo de pucheros con comida lista para consumir. El campamento, nunca estaba sólo.
Los gitanos varones solían recorrer los cuérnagos y arroyos en busca de los dúctiles y maleables nuevos brotes de zaldes y alisos, las mimbres. Material imprescindible para su principal fuente de ingresos, los cestos. Eran expertos en elaborar estos útiles, grandes y pequeños con asas arriba o en el borde, con la mimbres peladas, blancas, o sin pelar o mezclando ambas, haciendo cestitas para el pan, la fruta, los huevos o los medianos para patatas y los grandes para las picaduras de nabos, repollos, verza y hojas.
Cuando los hombres regresaban con su cosecha de mimbres, se ponían a tejer los cestos y era entonces cuando las mujeres y sus churumbeles recorrían el pueblo vendiendo la mercancía, algunas otras baratijas o pequeños útiles como faroles y candiles a la vez que se ofrecían a realizar pequeñas componendas en cazuelas y cacharros, todo esto aderezado con la petición de alguna limosna, sobre todo en especie porque los tiempos no estaban para soltar algunas “perras”. Pan, tocino, fruta y otras viandas era lo que se les solía dar. A veces, incluso como moneda de cambio por los cestos o reparaciones.
No sabíamos de dónde venían ni para dónde se iban, hasta que una mañana, no muchos días después de la llegada, en el suelo sólo quedaban las brasas de su hoguera como testigo de su paso y permanencia.
Se habían ido al amanecer. Y en la partida del otoño también con ellos se solían ir alguna cebolla de alguna huerta, algunos pies de patatas, alguna fruta y puede que alguna gallina faltase del corral. Eran tiempos difíciles, de escasez y penuria para nosotros con casa y alguna propiedad. Así que para ellos, debía de ser peor. Por eso, estos hechos se daban más como anécdota y pequeño enfado que como tema de conflicto.
Circulaba la leyenda o el hecho de que las gitanas adultas para coger gallinas tenían garbanzos semicocidos a los que habían atravesado con un hilo de “tanza”, de los de pescar, y se lo tiraban a las gallinas. Cuando estas, se lo habían tragado, tiraban del hilo y atraían el ave a sus manos, la retorcían el cuello y la guardaban bajo sus negras y amplias faldumentas.
Si es cierto, que desde el momento de su llegada y del aviso de nuestros padres, todos en el pueblo poníamos más cuidado y atención, Había más vigilancia en las casas y las cuadras, y sus puertas estaban con sus cancelas puestas.
Payos ¿nus dais algo? -Pedía un grupo de gitanillos
Si bailas algo te damos una perra chica- les respondíamos el grupo de guajes.
-Huy, que poco- Por algo de pan y una perra gorda, además canto
No parecía mala la contra oferta y…después de deliberar, aceptábamos el trato. Sólo que habíamos decidido que el mendrugo de pan, no seria del tierno
Poco a poco con el paso de los años, y puede que empujados por la bonanza económica dejaron de venir y los cestos les hacían las gentes del pueblo o se cambiaron por canastos comprados en las ferias.
La llegada y partida de los gitanos pasó a formar parte de las leyendas y del olvido en la vida del pueblo.

Hola Luis.
Mira esto q acabas de contar, es algo q yo nunca he olvidado, ya q vivi algo q llevo dentro de mi . Os cuento... Los gitanos tambien se quedaban en los corrales q estaban detras de la casa de mis abuelos. Y a menudo cuando empezaban a ir por las casas las gitanas, pasaban x casa de mis abuelos, y lo q me ocurrio a mi fue, que habia una gitana con un nino q venia a menudo en casa de mi abuela y no se xq o que habia echo yo, que un dia cuando vino, mi abuela la dijo (de broma) que si queria cambiaban su nino x el de ella y yo como era pequenin me lo crei . Y mi reaccion fue, que entonces cuando la veia venir me escondia por miedo q mi abuela me cambiase jejjejeej Un saludo

jose, a ti no te cambiaba yo ni por un millon de euros!!!!
un besote primo!!!

Gracias primi, pero estas seguro q x un millon no me cambiarias...... son muchas pesetas jajajajjjaja ademas luego me escaparia y ya !!!
Un besin desde Colombia y deciros q esto me recuerda un poco el Villalba de mi ninez, eso si el pueblin sera lo mejor para mi, este donde este y dentro de una semana YA volvere a la civilizacion ajjajajja

Que amor mas Homox y Plumerin

Un poco de respeto, estas personas son de lo mejor a parte de amigos de sus amigos no como otros

Mira majo. Q tu no tengas carino ni amor hacia tu familia , es tu problema. Pero gracias a dios, todavia hay gente que sabe lo q eso es....
Un saludo y menos borregos xfa.

jajajjajajajajjajajajajja