14-04-14 20:13 | #11985209 -> 11965927 |
Por:No Registrado | |
RE: Los chorizos del tio fausto Esta historia la conoce mi tio. Porque o participo, o estuvo muy cerca de ello.Le preguntaré como acabó | |
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18-04-14 00:02 | #11988497 -> 11985209 |
Por:No Registrado | |
RE: Los chorizos del tio fausto pues como va a ser comiendolo con pan | |
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13-05-14 17:28 | #12034494 -> 11988497 |
Por:delaheraluis ![]() ![]() | ![]() ![]() |
RE: Los chorizos del tio fausto LOS CHORIZOS DEL TIO FAUSTO (segunda parte) ¿Hay algo mejor que hacer?- preguntó un mozo Y, no es que hubiera nada mejor, ni peor. Pero…El tío Fausto, era un hombre muy serio. Tenía además un tesoro muy codiciado por los mozos. Sus hijas. Unas jóvenes hermosas y de buen ver que eran un partido ideal y por el que muchos mozos de Villalba y pueblos de alrededor suspiraban. No era pues una proposición muy agradable, el quitarle unos chorizos. Pero, nada en la vida que tiene riesgo y aventura lo es. Al menos sus estómagos se lo agradecerían y , tampoco se trataba de comerle todo el varal. Con una o dos vueltas bastaba. Así qué, se conjuraron en secreto de guardar total silencio si fuesen sorprendidos o simplemente sospechosos. Quedaron en que, entre aquellos que perdieran la partida echarían “ a pajitas” o, a los “chinos” y, esos serían quienes lo hiciesen efectivo. El resto, se encargarían de ir a comprar el pan y el vino, y, si daba el presupuesto, un poco de escabeche. Total, metidos en fiesta. Había que acompañar a aquellos rojos y deseados chorizos como se merecía. Aquellos chorizos, que emitían un aroma que despertaba al apetito más perezoso. Quienes perdieron la partida hicieron el sorteo y se fueron a cumplir su cometido. El resto, a cumplir el suyo. Quedaron en verse en las “Suertes” y, los primeros en llegar, irían preparando la hoguera para asarlos. Los encargados de coger los chorizos comenzaron a rondar la casa con disimulo y cautela y a urdir un plan. El varal estaba colgado del techo y la ventana de la bodega entreabierta para permitir su oreo, pero un poco alta. Decidieron cortar una horcaja de mimbre en la “Alameda” y prepararla. El más fuerte debería sujetar sobre sus espaldas al más liviano para que éste, con todo el sigilo y silencio del mundo descolgase dos vueltas, y, con más cautela aún, salir corriendo y sin levantar sospechas de aquel lugar. Alguien debería estar atento a los movimientos de la casa y de la calle para, si fuera preciso dar la alarma y huir. No fue necesario interrumpir nada, y con gozo y el botín logrado se fueron al punto de encuentro a disfrutarlos. Ya la lumbre está en su punto, y todo dispuesto esperando gozar del botín. No vamos a referir el buen ambiente y la alegría con la que aquella mocedad dio parte de aquella sabrosa y rica merienda, Que días más tarde se volvería amarga. Pero el momento era el momento. Cuando el tío Fausto, ya entrada la noche, acudió a la bodega y echo en falta algunas vueltas fue a consultarlo con su esposa para cerciorarse de la falta y al tener confirmación, decidió denunciarlo. A la mañana siguiente acudió al cuartelillo de Guardo de la Guardia Civil a poner la denuncia. Pronto, la noticia de lo ocurrido, llegó a todos los rincones y casas del pueblo y… como lo que no se sabe, se sospecha, enseguida llegó también a oídos de los mozos infractores. A la noche siguiente, Sigis, que no había participado en los hechos, pero que tenía ciertas sospechas, porque al fin de cuentas en el pueblo todos se conocen y enseguida “ atan cabos”, Cogió por banda a Pepe y, entre bromas, risas y cantos le puso un poco “piripi” y, en ese estado de semi-inconsciencia “canto” la verdad de lo que habían hecho. Cuando la Guardia Civil, llegó al pueblo dos días más tarde, hubo de todo. La mayoría de los mozos implicados desaparecieron del pueblo o fue difícil localizarlos. Esteban hijo del tío Demetrio se fue de casa y algún otro pensó en alistarse en la Legión. El tío Demetrio le afeó al tío Fausto la actitud de haber denunciado tan rápido antes de preguntar. Si lo hubiesen sabido ellos hubiesen castigado a sus hijos y hubiesen reparado el daño. Hubo enfados, y malas caras por algún tiempo. Se pagaron los chorizos y el tío Fausto retiró la denuncia. La vida en el pueblo necesitaba de la ayuda de todos para seguir adelante, y con el tiempo quedó como una anécdota más de mocedad. | |
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A los lobos les gustan los chorizos Por: delaheraluis | 25-04-13 17:10 delaheraluis | 1 |
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