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Villalba de Guardo - Palencia

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España > Palencia > Villalba de Guardo
04-04-14 20:01 #11965927
Por:delaheraluis

Los chorizos del tio fausto
LOS CHORIZOS DEL TIO FAUSTO

(Primera parte)

Están el “Plantío” y las “Suertes” llenas de mozas y mozos, como cada tarde de domingo
Sólo el río conoce las promesas, piropos y requiebros que a su vera se dicen las parejas
Sólo él, tiene la llave del baúl de los sueño y secretos de las mocitas que en espera del novio van a dejar pasar la tarde en paseos por su orilla.
Da gusto contemplar esta zona en las tardes del domingo o día festivo
Muchas veces estos días, grupos de mozos se desplazan hasta los pueblos vecinos. Unos van, y otros vienen, pero todos tratan de aprovechar el tiempo porque al caer la tarde y llegar la noche deben recogerse.
No son muchas las oportunidades de diversión que en estos tiempos se brinda a los mozos. A veces, basta el sonar de una pandereta, en manos de un animoso, un tambor, una acordeón, un chiflo y alguien que cante para que el baile esté asegurado.
Otras veces, son las romerías y fiestas, pero sobre todo, los paseos.
Sacar a pasear, fue como luego hacerlo a bailar y más tarde pedir salir. Era el principio y sí el mozo tenía la infinita suerte de ser correspondido por la moza y no recibir calabazas. ¿Bendita la hora en qué se decidió! Porque era fácil que aquel principio acabase en boda. Todo sencillo pero vivido intensamente.
Así qué, como no eran muchas las diversiones tenían que inventarlas, y, la verdad es que casi siempre la imaginación estaba presta a la broma, al desenfado, y la diversión.
Bastante dura era ya la vida y el faenar diario como para no dar rienda suelta al pensamiento y eso, aún a costa muchas veces de reprimendas o tener que pasar vergüenza. Peor era un riesgo asumido de antemano.
De toda la mocedad de los pueblos del entorno de era con los de Fresno con los que mejor se llevaban los de Villalba y al revés.
Muchos matrimonios salieron de ambos pueblos.
Muchas tardes habían pasado juntos de juegos de bolos, de charlas, de partidos de futbol, de aventuras y de fiestas. Se conocían bastante y hasta había muchos con parentescos. No era raro , pues, que los días de fiesta, se visitasen los unos a los otros y se cambiasen de pueblo.

Hoy día, se ha perdido, con el progreso y muchas cosas más, aquella camaradería y relación mutua en aras de la modernidad, que deja a los pueblos hechos “islas” de relaciones humanas con los de su entorno, Ya no se conocen apenas. Primero se iba andando, luego fue la bici la moto y con la llegada del coche se acabó todo, Amplio tanto el horizonte y acortó el tiempo en los desplazamientos que se conoce lo lejos antes y más que lo cercano.
Aquella tarde de fiesta, varios mozos de Fresno habían subido al pueblo por el camino de siempre. “Los Vallejos” y como siempre andando. Cuatro kilómetros por la vereda del rio y bajo el cobijo de sus robles. Y, como no faltaban la charla, los proyectos y bromas se hacían breves. El volver, con las últimas luces de la tarde o ya de noche, se hacía más largo.
Siempre que se llegaba al pueblo la primera visita era para la cantina y después de saludar, beber y hablar un rato, se iba en busca de las mozas, a jugar a los bolos o echar una partida de cartas. También era costumbre antes de emprender el camino de vuelta merendar escabeche u otras viandas en la cantina
Muchas veces, no tiene uno intención de hacer nada que desagrade a los demás. Pero las circunstancias están ahí, tentadoras, como invitándote a la osadía.
Mozos de Fresno y Villalba bajaron en animada charla hasta el “Juego de Bolos”. Antes de acceder a él por la bocacalle del “Caño” un olor especial y sugerente despertó sus sentidos. Aquel aroma a chorizo y en aquella hora de la tarde, llenó sus bocas de agua y sus estómagos e deseos.
No hizo falta andar mucho para ver de dónde manaba aquella tentación que se mezclaba con el suave airecillo de la tarde.
La bodega del tío Fausto tenía abierta la ventana para curar mejor sus chorizos de matanza, y su olor, propagaba por toda la calle las delicias de aquel hermoso varal de suculentos chorizos. Los vieron, como quién ve un objeto de deseo que despierta sus sentidos, pero que no pueden lograr.
La tarde, avanzaba lentamente, como las ganas de llevar algo al estómago de los mozos. Tampoco habían tenido mucha suerte con las chicas, pues al llegar un poco tarde, ya estaban acompañadas, ni en el juego de bolos. Así que decidieron subir a la cantina y jugarse un azumbre de vino y una libra de escabeche
-¿Y, por qué no nos jugamos algo más dijo Luisón?
Todas las miradas se fijaron en él con expectación y sorpresa. Cierto, que no era un mozo brillante, pero a veces tenía alguna ocurrencia que rompía la monotonía y retaba a la rutina
-Y, ¿Qué se te ocurre?- preguntó Fernando
¿Visteis los chorizos del tío Fausto?
Toma y los olimos-respondió Goyo el de Fresno
Oye, no estarás insinuando…..
Puntos:
14-04-14 20:13 #11985209 -> 11965927
Por:No Registrado
RE: Los chorizos del tio fausto
Esta historia la conoce mi tio. Porque o participo, o estuvo muy cerca de ello.Le preguntaré como acabó
Puntos:
18-04-14 00:02 #11988497 -> 11985209
Por:No Registrado
RE: Los chorizos del tio fausto
pues como va a ser comiendolo con pan
Puntos:
13-05-14 17:28 #12034494 -> 11988497
Por:delaheraluis

RE: Los chorizos del tio fausto
LOS CHORIZOS DEL TIO FAUSTO
(segunda parte)

¿Hay algo mejor que hacer?- preguntó un mozo
Y, no es que hubiera nada mejor, ni peor. Pero…El tío Fausto, era un hombre muy serio. Tenía además un tesoro muy codiciado por los mozos. Sus hijas. Unas jóvenes hermosas y de buen ver que eran un partido ideal y por el que muchos mozos de Villalba y pueblos de alrededor suspiraban.
No era pues una proposición muy agradable, el quitarle unos chorizos.
Pero, nada en la vida que tiene riesgo y aventura lo es. Al menos sus estómagos se lo agradecerían y , tampoco se trataba de comerle todo el varal. Con una o dos vueltas bastaba.
Así qué, se conjuraron en secreto de guardar total silencio si fuesen sorprendidos o simplemente sospechosos.
Quedaron en que, entre aquellos que perdieran la partida echarían “ a pajitas” o, a los “chinos” y, esos serían quienes lo hiciesen efectivo. El resto, se encargarían de ir a comprar el pan y el vino, y, si daba el presupuesto, un poco de escabeche. Total, metidos en fiesta. Había que acompañar a aquellos rojos y deseados chorizos como se merecía. Aquellos chorizos, que emitían un aroma que despertaba al apetito más perezoso.
Quienes perdieron la partida hicieron el sorteo y se fueron a cumplir su cometido. El resto, a cumplir el suyo.
Quedaron en verse en las “Suertes” y, los primeros en llegar, irían preparando la hoguera para asarlos.
Los encargados de coger los chorizos comenzaron a rondar la casa con disimulo y cautela y a urdir un plan.
El varal estaba colgado del techo y la ventana de la bodega entreabierta para permitir su oreo, pero un poco alta.
Decidieron cortar una horcaja de mimbre en la “Alameda” y prepararla. El más fuerte debería sujetar sobre sus espaldas al más liviano para que éste, con todo el sigilo y silencio del mundo descolgase dos vueltas, y, con más cautela aún, salir corriendo y sin levantar sospechas de aquel lugar. Alguien debería estar atento a los movimientos de la casa y de la calle para, si fuera preciso dar la alarma y huir.
No fue necesario interrumpir nada, y con gozo y el botín logrado se fueron al punto de encuentro a disfrutarlos.
Ya la lumbre está en su punto, y todo dispuesto esperando gozar del botín.
No vamos a referir el buen ambiente y la alegría con la que aquella mocedad dio parte de aquella sabrosa y rica merienda, Que días más tarde se volvería amarga. Pero el momento era el momento.
Cuando el tío Fausto, ya entrada la noche, acudió a la bodega y echo en falta algunas vueltas fue a consultarlo con su esposa para cerciorarse de la falta y al tener confirmación, decidió denunciarlo.
A la mañana siguiente acudió al cuartelillo de Guardo de la Guardia Civil a poner la denuncia.
Pronto, la noticia de lo ocurrido, llegó a todos los rincones y casas del pueblo y… como lo que no se sabe, se sospecha, enseguida llegó también a oídos de los mozos infractores.
A la noche siguiente, Sigis, que no había participado en los hechos, pero que tenía ciertas sospechas, porque al fin de cuentas en el pueblo todos se conocen y enseguida “ atan cabos”, Cogió por banda a Pepe y, entre bromas, risas y cantos le puso un poco “piripi” y, en ese estado de semi-inconsciencia “canto” la verdad de lo que habían hecho.
Cuando la Guardia Civil, llegó al pueblo dos días más tarde, hubo de todo.
La mayoría de los mozos implicados desaparecieron del pueblo o fue difícil localizarlos.
Esteban hijo del tío Demetrio se fue de casa y algún otro pensó en alistarse en la Legión.
El tío Demetrio le afeó al tío Fausto la actitud de haber denunciado tan rápido antes de preguntar.
Si lo hubiesen sabido ellos hubiesen castigado a sus hijos y hubiesen reparado el daño.
Hubo enfados, y malas caras por algún tiempo. Se pagaron los chorizos y el tío Fausto retiró la denuncia.
La vida en el pueblo necesitaba de la ayuda de todos para seguir adelante, y con el tiempo quedó como una anécdota más de mocedad.
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Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
A los lobos les gustan los chorizos Por: delaheraluis 25-04-13 17:10
delaheraluis
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