Vieja iglesia de San Pedro, a tu añeja sombra compartí momentos de estudiante y juventud, que nunca se olvidan y forje al calor de tus paredes muchos suños, algunos logrados y otros no. Pise tu empedrada plaza muchas veces y te recuerdo esperando la llegada del buen tiempo en que se celebraba la misa de una y cobrabas vida y te ponías alegre de acoger a tus creyentes. Hoy seé que eres museo y tu plaza está renovada. Que han desaaparecido las huertas que te rodeaban, pero menos mal que el viejo hogar de Juventudes donde acudíamos por la tarde a ver la TV y jugar está en pie y también lo está el viejo caseron de D. José María que nos daba clases de electricidad en el Instituto.
Ahí en esa esquina de la calle camino del Bedegón y la plaza vieja pasé unos años maravillosos en casa de la Tia Petra con otros estudiantes.
Has cambiado vieja iglesia pero sigues viva y orgullosa y hoy, al verte me has recordado otros años y otras gentes que estaran para siempre en mi memoria.