Prádanos de Ojeda - Palencia

como bien es sabido, sobre el mes de diciembre y enero de cada año, un par de cigüeñas siguen visitándonos (diría sin interrupción), sin que hayamos reparado sus lazos, que siguen manteniendo aún con nosotros; por lo que se está buscando un nuevo emplazamiento, ya que, al parecer, no son queridas en la torre. en base a este instinto, se propone a los vecinos de prádanos su conformidad, por lo
que sería conveniente iniciar una lista firmada, para su aprobación por el ayuntamiento.

1.-enrique zurita calderón....................
2.-mariano san millán lópez................... 00242.985-J

¡estaría bien, ahora que las palomas de carlos han desaparecido! a mí estos pájaros me gustan mucho. sísifo.

dile a tu madre, vecino, que ha tenido muy buena idea, colocándolo y presidiendo las "cataratas del niágara": en el mismo lugar donde la alcaldesa quiere hacer la bibliteca. muy bueno por ti. sólo hace falta, que vayas extendiendo la idea para que tome cuerpo. ni decir tiene que yo -como la biblioteca- les tenía reservado otro espacio particular; pero lo público es prioritario. ¡viva por los que van sacando "chupe" de este foro pradanense! atentamente: sísifo.

Vecino: Siempre me pones a mi de pantalla sin contar conmigo, te voy a cobrar derechos de autor.¿TE COMPROMETES A HACER TU EL NIDO? encima de una chopa o un poste de hormigon, que bonito seria que le pongan donde el "MATADERO" cuando terminen de canalizar el arroyo hasta la fuente palacios, asi estaria cerca del tojo.A mi madre eso la gustaria mucho.








































1

eso de que siempre cuento contigo, querido vecino, lo creo, y será cierto, porque estás ahí siempre. pero, lo que no es, es que siempre te anteponga a mis acciones o ideas. si miras en la propusta de calle para el viejo cura, soy yo el que va delante. y, si te pongo después es porque "no es una mala idea", como creí entender, que no costará dinero alguno. recibe saludos de noriama2

BUENA NOTICIA PARA LA TORRE, AUNQUE NINGUNA PARA LA CIGÜEÑA:
al parecer -como me confirma kike desde el pueblo- ya tenemos "escalador" para subir a la torre "esmochada" y colocar la cruz caída.
también me cuenta que hay algún dinero, para arreglar el tejado. ¡bien por mis hallegados, "los novios", que van a ser los albañiles del caso.
¡ya sabrán ustedes que sin cruz no es lo mismo, y seguiríamos sufriendo! noriama2

Es una muy buena noticia.Falta hacia al campanario! Estaba muy deteriorado,lo de la cigueña no me parece bien para la torre de la iglesia,la estropearia, son muy sucias.
Un saludo. A.P

vecino: sea donde fuere, donde se vaya a ubicar la cigüeña, tendrá su nido. es cosa, tan antigua y hecha, que bien por el ayuntamiento o por algún vecino, se la encontrará un lugar-nido, donde sea querida, respetada y visitada. lo que haría falta es que la gente se decante por ella y su lugar mejor. no sería obligado instalarla en la torre, de la que se la derrocó (pero habría que dejarlo claro, ahora, que se va a hacer el tejado-cruz); sobre todo si el cura no es partidario. saludos. noriama2.

el día, en que las mujeres limpiaban la iglesia (debía ser 4 ó 5 de enero) apareció por los cielos de prádanos y de la iglesia, la cigueña dejando constancia de su empeño por volver. ¿seguiremos negándola hospitalidad? noriama2.

Y en las torres las cigüeñas

GONZALO ORTEGA ARAGÓN
(diariopalentino.esGONZALO ORTEGA ARAGÓN)

TIEMPOS hubo en que cada pueblo tenía su cigüeña y para los vecinos era simplemente la cigüeña. Naturalmente, eran dos las zancudas, una pareja que anidaba en la torre y que todos los años volvía al pueblo por San Blas. Por San Blas o un poco más tarde si el invierno se metía en fríos y neviscadas.
Había entonces entre la pareja patilarga y el vecindario una convivencia alegre y dulzona. Las gentes miraban a su torre por La Candelaria, por si las cigüeñas llegaban con su alta majestuosidad; y hacían cábalas meteorológicas si tardaban en aparecer sobre el campanario.
Los niños cantaban a sus cigüeñas una cantinela de balbuceo absurdo, los mayores oían con regozo su crotorar nervioso junto a la veleta y algunos animales se espantaban cuando planeaban con las alas extendidas. Y todos respetaban aquella belleza volante y admiraban aquel equilibrio fastuoso sobre una pata en el tejado más alto del poblado.
Pero llegó un tiempo en que las parejas de cigüeñas dejaron de ser de reparto y se convirtieron en tribus familiares, acampando a bandadas en los pueblos más dotados de torres y castilletes. Y de aquellas cien parejas repartidas por pueblos y aldeas hemos pasado a un millar de ayuntadas, con lo que se cuentan ya dos mil ejemplares por la provincia. Todo un ejército en bandada y desbandada, carroñero de vertederos, corrosivo en las torres, voraz en campos y arroyos, batería de alerta de sálvese quien pueda.
Si al menos las cigüeñas modernas trajeran niños de París, repoblarían la provincia y esto sería una cigoñera de alboroto. Pero ya casi no viajan, se quedan a los fríos mesetarios, seguras de un condumio de escabeches viejos, sabandijas entre plásticos y ratones basureros. Y encima se ciscan en las torres, blancas de cisco y rotas de pateo.
Así que o las ponemos casas unifamiliares o de la amistad pasaremos al odio.