Conozca el gran problema de Santander “¿Queremos ser tu banco?, pero, ¡por favor!”, ironiza muy, pero muy enfadado, sentado en su oficina en el corazón financiero de Santiago de Chile, un inversor español que ha puesto buena parte de sus ahorros en los denominados Valores Santander. Y su enojo no es para menos. El próximo 4 de octubre, miles de clientes de Santander que han colocado su capital en estos bonos convertibles pasarán a ser, obligatoriamente, accionistas de la institución financiera. La parte buena es que se trata de uno de los bancos más sólidos del mercado financiero ibérico. “Lo malo es que perderán alrededor del 60% de su dinero”, explica Patricia Suárez, presidenta de la Asociación de Usuarios Afectados por Permutas y Derivados Financieros (Asuapedefin), que asesora a más de 500 afectados en Madrid. ¿Cómo se llegó a esto? A finales de 2007 el banco colocó los bonos convertibles entre sus clientes minoristas con el objetivo de financiar la parte que le correspondía de la compra del banco holandés ABN-Amro, que adquirió en conjunto con otras dos instituciones europeas, el Royal Bank of Scotland (RBS) y el Fortis, por € 72.000 millones. Valores Santander ofrecía una rentabilidad del 7,5% el primer año, y su evolución quedaba vinculada los cuatro años restantes a la evolución del Euríbor más 2,75 puntos porcentuales. Contenido completo en |