Acera de la Vega - Palencia

Desde niña, ya hace mucho tiempo de eso, he pasado mis vacaciones de verano en Acera.
Todos los recuerdos que tengo del pueblo son amables, bonitos y, curiosamente frescos.
Recuerdo la tranquilidad de sus calles, las tardes en el teleclub, los paseos hasta el rio, los baños en el manadero, y el cielo lleno de estrellas por la noche.
Recuerdo también a mi amigo del alma, la paz que sentía estando allí, la manera de hablar de la gente ("estás en mitad de en medio", "la tu casa", "y tu de quién eres"...). Era mi mundo, en el que me sentía protegida y segura.
El tiempo ha pasado, y ya no soy aquella niña. La vida ha seguido caminando para todos, pero recuerdo con nostalgia aquellas vacaciones, y deseo recuperar aquellas sensaciones de que todo era perfecto, equilibrado y fácil.
Deseo volver a ver ese cielo estrellado y oler las eras cunado las siegan, cuando montaba en los trillos y todo me parecía tan maravilloso.
Se que algún día volveré y me reencontraré con esas sensaciones de mi infancia. Se que lo haré.