21-09-05 16:33 | #109051 |
Por:No Registrado | |
Estoy en este lado... Haremos de este foro un libro que, mas que un sueño, sirva para soñar. Tomaremos al asalto los versos, navegaremos en la prosa, reclamaremos al ingenio libertad, daremos alas a quien quiera leernos, mudaremos la mentira en verdad, conspirando contra todos aquellos que rinden homenaje a la soledad. Si al darnos nos pertenecemos y al recibirnos nos entregamos... ¿Por que no compartirnos? *************** Estoy al otro lado... Estoy al otro lado de la vida, en materia, no en esencia, el alma se eterniza en una esquina deseando que mi cuerpo no la vea. No quiero irme y escondo mi herida, como el cauce inveterado del Navea, entre cárcavas y espinas, recovecos y veredas. Se humedecen mis pupilas, este dolor que me quiebra va agotando mi vida a golpe de tren y ausencia. Mis manos gimen, suplican, y como ángeles de hiedra se enredan en las colinas, descienden por sus laderas y se vierten en mi orilla. Huelen a flor de olvido mis enlutadas tierras, a ese poso marchito de dolida penitencia. ¿Quién sirve a quien ha servido juegos, niñeces y fiestas? ¿Quién recuerda a su maestro? ¿Quién a Dominga o Teresa? ¿Quién a Concepción, Lorenzo? ¿Quién recuerda a la Pepa? ¿Quién a Emiliano, mi abuelo, al que llamo por que venga para llevarme hasta el cielo y compartir con él mesa? Se fueron todos aquellos que de amor me sublimaban, quienes estando ya muertos, permanecen en mi alma. Que fantasías, que cuentos mas hermosos me contaban, "piterpanes", "garbancitos", "lobos feroces", "fantasmas" y otros que a vuela pluma para mi se inventaban, quizás por mor de tenerme como silente compaña. Que ingratos son los recuerdos de los que marchan y enlutan el corazón. ¡Que doliente queda el alma ! ............................ El demonio anda de paso por las calles y las eras, va por eriales y pastos, buscando aquellas promesas que en trilla de enamorados le daba Toño a Josefa. Y retoñaron los juncos y en el vientre hubo cosecha de dos zagales desnudos de impudicias y miserias. Como se afanan los padres para cuidar sus torpezas, para cambiarles pañales con desusada paciencia. ....................... Gime mi pueblo y suplica, vertiendo lágrima y pena, derramando amargo llanto sobre las baldías tierras: "¿Donde están aquellos mozos que de su casa reniegan? Aquellos que necesito para germinar mis siembras, para dar vida a los campos con mies, labor y cosecha. ¡Como sangran mis costados cuando tan sola me dejan! Fui, su nodriza, alimento, llanto, risa, amor, entrega, fui la mano que en silencio acunaba sus vivencias. Di, por amor, el consuelo de mis frutos y me pagan abandonando mí suelo, vertiendo olvido en mí agua, quemando cuanto poseo, abandonando mis fragas, desheredando mis huertos. Mis cuidados eran tantos que mi pecho fértil siendo, siendo manantial mi labio, mudaron de preñado invierno al más tórrido verano. Soy más espina que antes, más dolor en cada paso, más camino de herradura para llegar a mis prados. Tengo yo en mis entrañas a sus muertos reposando, sangre de su misma sangre bajo una losa enterrados, saciando su eterna hambre, sus fatigas olvidando. ¿No os duele verme yerma, en las noches suplicando, llamando a vuestras conciencias para habitar mis cenáculos? ¿No os duele verme triste? Ya no hay humo en los tejados, ni leña por recoger, ni siega de pan, ni arados que roturando mis ocres den comida a los ganados. No hay vacas que apacentar, ni cerdos, ni hay caballos, ni tan siquiera maúllan en la escalera los gatos. Ya no hay paja en el pajar, ni en las arcas queda grano, en vano camina el viento para germinar los campos. Oigo latidos, hay ecos con sonidos embrujados que tu mano no me deja caminante solitario. Soy la necesidad, tú mi queja, mi costal lleno de amargo, la llamada por que vuelvan todos mis hijos amados." ........................ En así estos relatos gime su pecho y se postra ante los pies soberanos regando sus verdes ojos huertos, eriales y prados y yo me vuelvo sendero, caminante solitario, para saciar mí distancia convirtiéndome en su barro. Y ya no me duele el alma, ni me sangran los costados que el dolor de estar ausente con los recuerdos yo palio. Ni quiero que a ti te duela pueblo mío, dulce, sabio, que seré yo tu memoria hasta el paso de los años. José Feijoo Sarmiento Copyright 21-09-2005 | |
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Este foro esta que da pena Por: José Anton | 21-06-08 11:00 No Registrado | 3 |
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