Xinzo das Teixugueiras - Orense

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Artículo de "La Voz de Galicia" 25/2/2009

Cartelle sube a Obama al carro más tradicional del entroido

La aldea ourensana «incorpora» al presidente de EE.UU. a una fiesta de 1730

«¡A de baixar polo Cótaro e subir pola barreira!». Con este grito de guerra se pone en marcha, en la pequeña localidad de Teixugueiras, en el municipio ourensano de Cartelle, una de las fiestas de entroido que mejor han conservado su espíritu rural. Aquí la única concesión a la modernidad es alguna peluca suelta y las cámaras de los todavía escasos turistas que han encontrado este tesoro de la tradición.

Una vez metidos en la vorágine de la fiesta, se entiende por qué todos van con ropa y zapatos cómodos. La cita tiene dos protagonistas absolutos: el meco -un gran tronco de madera que ha sido tallado para simular una figura humana- y los troteiros o vergalleiros , que con una vestimenta peculiar van guiando, a base de latigazos que propinan con una vara larga y flexible, a los mozos que tiran del carro en el que va el meco.

La tradición, documentada desde 1730, cuenta que el tronco representa a un personaje malvado que es paseado como castigo, pero ayer, por ejemplo, el cartel del tronco llevaba el nombre de Obama. «Isto é algo bastante novo, e cada ano póñenlle o nome dalgún que destacou para ben ou para mal, pero na miña época non tiña nome ningún, e que eu recorde tampouco na época do meu pai e meu avó», explica Manuel, que, a sus 66 años, sigue sin esfuerzo las subidas y bajadas del carro por las empinadas cuestas del pueblo.

El recorrido parece anárquico, entre otras cosas porque los tiradores van y vuelven, se meten entre prados y soutos, o en estrechos y embarrados caminos, rompiendo la maleza con su propio cuerpo si es necesario. Mientras, los vecinos los siguen a prudente distancia, hasta el lugar conocido como Outeiro do Meco. Allí comienza la segunda parte. Una disputa en la que los vecinos del pueblo se amarran a una parte de la larga cuerda y los de las parroquias cercanas a otra para intentar robar al personaje. Nunca lo consiguen, y As Teixugueiras guarda el carro, destartalado tras los golpes con las esquinas y vuelcos por las cuestas, para repararlo para el año próximo.