Murchante - Navarra

CARTA ABIERTA PARA UN “CURA”

Esta carta no la escribo para defender a mi madre. No necesita que yo lo haga, porque ella sola, con su forma de actuar, se basta. Yo estoy orgullosa de mi madre, porque es generosa, dialogante y tolerante y sabe respetar y entender a los que no piensan como ella. Es buena, sabe pedir perdón y perdonar.

Esta carta sirve para resarcirla públicamente, del ataque sufrido por un mal llamado “cura” que no ejerce como tal, más bien al contrario, porque es distante, orgulloso y según el mismo reconoce: “con un mal carácter difícil de controlar”.
Tampoco es valiente, porque se vale de terceras personas para que le allanen el camino que él se ocupa de embarrar y da crédito a chismes de portera, en vez de contrastar a la cara, con la persona indicada.
Quiero aliviar en la medida de lo posible, el daño que ha sufrido mi madre por los insultos de esta persona, haciéndole responsable de unos hechos que no le incumben y de las alusiones personales y a otros miembros de la familia, para cargar sobre su conciencia, decisiones que no ha tomado ella.

Yo no formo parte de la Iglesia por decisión propia, por ser consecuente con mis ideas y visto como actúan los que deberían dar ejemplo, me reafirmo en mi postura pero me duele que personas que han colaborado toda su vida con la comunidad, sean maltratadas por los que tendrían que ser modelo de buena conducta. Los cristianos conocen los preceptos que manda la Iglesia: pobreza, castidad, humildad, etc… pero no es lo mismo predicar que dar trigo.

Quiero agradecer a las personas que han mostrado su apoyo y comprensión a mi madre, porque le han ayudando a pasar este mal trago y me gustaría que los responsables de la Iglesia tomaran cartas en el asunto, para que curas como este, no sigan “espantando” a los creyentes que quieren participar en ella.

Fdo: Mª Carmen Eza Moreno

Gracias a todos los que me han mostrado su apoyo y comprensión. Para los que se interesan por los hechos de los que hablo en la carta, os cuento que despúes de la muerte de un familiar, se decidió, por deseo del fallecido y sus familiares más directos, no hacer misa, ya que él no era creyente. A raíz de eso, el "párroco" le echó en cara a mi madre que no le hubiera avisado ella. Le insultó en la calle, diciéndole repetidas veces: "mala persona" y "asquerosa", le hizo alusiones personales a ella y a miembros de la familia. A pesar de que mi madre fué a su casa y no le abrió,le llamó por teléfono y no lo cogió, se prestó a un encuentro acudiendo a la Iglesia, pero él siguió en sus trece y hasta el momento no ha rectificado.