La fábula del perro, el cerdo, la abubilla y los caballos. Había una vez un cerdo que llegó a un modesto cortijo y allí se encontró a un viejo perro. El perro solo guardaba el cortijo, pero lo había estado haciendo tanto tanto tiempo que llegó a pensar que era suyo. Entonces el perro le dijo: mientras yo vivo en la casa tú te puedes quedar a vivir en la pocilga, así te revuelcas en tus propias heces y en las ajenas. Le respondió el cerdo: perfecto. Pero un día el perro se fue a cuidar un cortijo aún más grande, y en su puesto de vigilante del modesto cortijo quedó una abubilla. La abubilla, muy arrogante ella muy pronto se hizo la dueña del cortijo y le dijo al cerdo que abandonara la pocilga y fuera a vivir a la casa con él. Le respondió el cerdo: pero la casa no es nuestra, ¿podemos vivir ahí? A lo que replicó la abubilla: ¿tú también eres "facista"? Entonces el cerdo comprendió que en la casa se vivía mucho mejor, se comía copiosamente y se dormía más, y aceptó la propuesta de la abubilla. Pero la abubilla, embriagada de poder, le propuso al cerdo un día ir a molestar a unos pacíficos caballos que vivían en los establos del cortijo. Lo que sucedió entonces fue inesperado, los pacíficos caballos, que pacíficos, pero no tontos, molieron a coces a la abubilla y al cerdo, los cuales debieron abandonar los establos y la casa. El cerdo regresó a la pocilga y la abubilla... al hospital. Moraleja: FORO INFIERNO OS VA HACER PAGAR TODITAS JUNTAS. PALABRA. |