El retrato de Dorian Gray Dorian Gray era un bello joven cuyo deseo fue tener siempre la misma edad que cuando su amigo Basil lo pintó en un cuadro. Su deseo se cumplió y mientras él mantenía para siempre la misma apariencia del cuadro, la figura retratada iba envejeciendo y deteriorándose como recordatorio de cada uno de los pecados que cometía. Con un ejército de parados que alcanza los cinco millones y medio de personas, la mitad de las cuales ya no tienen prestación por desempleo, con miles de familias comiendo de la caridad y cientos de desahucios vergonzosos y vergonzantes, el campechano Pepe Bono, como en su día Marín, Trillo, Rudí o Pons, va y se hace un retrato para la galería de ex presidentes del Congreso por importe de 82.000 euracos. Nuestros políticos se retratan, y mientras por un lado nos obligan a una austeridad cada vez más tercermundista por otro, estos impresentables, posan sin ningún pudor como si fuesen estrellas de cine por el módico precio de catorce millones de las antiguas y futuras pesetas. Al contrario que en el retrato de Dorian Gray, estos miserables envejecerán pero los cuadros con sus imágenes quedarán colgados para siempre en una infame galería como recordatorio para que nuestros hijos conozcan algún día a estos malditos bastardos que nos gobernaron. |