Moratalla - Murcia

Los precios históricos de la comida provocan la segunda crisis alimentaria en tres años. Hay mil millones de hambrientos y 44 millones de nuevos pobres en seis meses. ¿Causas? Demografía, especulación y clima, sobre todo.

Desde 2008, lo árboles negros de la crisis financiera mundial no han dejado ver el bosque de la verdadera crisis económica: la hambruna. Una nueva explosión de los precios de los alimentos, la mayor en décadas, ha provocado la segunda crisis alimentaria en tres años. El número de hambrientos en el mundo no disminuye, mil millones de ellos lo atestiguan, y los datos dicen que se acabó la comida barata. La Gran Depresión del hambre acecha.

En seis meses el precio de los alimentos ha arrojado a 44 millones de personas a la pobreza y, en ese tiempo, el precio del trigo aumentó entre un 60% y un 80%. El del maíz, un 73%. Cada informe que aparece en los últimos meses de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), del Banco Mundial o de organizaciones no gubernamentales como Intermon Oxfam, enciende una nueva alarma que dice que estamos ante la segunda crisis alimentaria mundial en tan sólo tres años. Si en alguna parte existe un teléfono rojo que suene al producirse una crisis del hambre, en estos momentos debería estar sonando con fuerza... LEER EL REPORTAJE COMPLETO EN RADIO FRANCIA INTERNACIONAL

No es que esté en contra de lo ecológico, pero sí de lo que no es lógico. Lo mismo si dejamos de usar los cereales como biocombustibles (hay otras fuentes que no son ni los cereales ni el petróleo), bajan los precios del pan, la leche, la carne...
Aunque hay una forma aparentemente más sencilla: ¿Por qué nos empeñamos en penalizar excedentes de producción de productos alimenticios?. ¿Por qué tiramos a las alcantarillas miles de litros de leche, o de aceite, o de casi todo...?
Hay que mantener el sistema capitalista por encima de todo, incluso de las vidas humanas que se pierden todos los días por el hambre... Siempre saldrá más barato enviar porta-aviones cargados de material bélico para evitar las revueltas de los que pasan hambre que cargarlos con los alimentos que tiramos a la basura.

¡Esto es el desideratum!

La culpan la tienen Chavez los Castro los comunistas etc etc,a quien se le ocurre mandar medicos, maestros, medicinas, comida al tercer mundo, si esos ya se jodierón como díjo Aznar.
Como añoramos los tiempos de Busch, Tacher, Regan, Aznar.
¡Que hombres y mujeres que estadistas que conciencias¡.

Cuando hace unos años surgió en Europa el problema de las vacas locas que, como recordaréis, obligó a sacrificar miles de vacas, e incluso en el Reino Unido absolutamente todas, me planteé la siguiente cuestión: ¿no se podría congelar toda esa carne e irla enviando a los paises subdesarrollados, de manera que se pudieran aliviar sus problemas de hambrunas? Al fin y al cabo, el 99 y mucho por ciento de esa carne era carne sana, apta para el consumo, pero estaba trufada de algún ejemplar enfermo que podía producir una enfermadad en los humanos, sólo si se comía mucha cantidad de carne. Nosotros, los europeos, nos pudimos dar el lujo de echar a la basura toda esa carne, pero ¿por qué no la podrían consumir otras personas? Su consumo conllevaba un remoto riesgo a contraer una enfermedad desconocida pero, ¿qué era ese riesgo comparado con la certeza de morir por malnutrición? Yo creo que, sin lugar a dudas, le hubiera dado otro fin a esas vacas distinto al de ser quemadas

De acuerdo con todos los comentarios que habéis hecho.

Una buena intención que a mi entender oculta un gran error. Cuando se destruye toda esa carne es para aislar y destruir una enfermedad priónica, una enfermedad que rompió esquemas y acojonó a la comunidad científica. Repartiéndola se habría extendido por el mundo con efectos desconocidos.

Acabar con el hambre sería facilísimo para los Estados ricos si tuvieran intención de hacerlo, ya que está ocasionada, en la mayoría de los casos, por avariciosos intereses económicos que generan conflictos bélicos y una sobreexplotación medioambiental que no permite desarrollar una infraestructura agrícola, ni la riqueza para protegerse contra los desastres naturales agravando el problema. No hay sitio para todos a nuestro ritmo de consumo, el tercer mundo es la gran despensa, sin otro fin en manos del capitalismo que satisfacer nuestra gula. La avaricia y la gula se combaten con dos virtudes, la generosidad y la templanza. La economía sostenible es la única solución.

Si toda esa teoría esta y queda muy bien, pero nadie renuncia a su bienestar y menos los que más hablan y parlotean . Con lo que hay que tener cuidado es que esa hambre no venga para aca, que me parece que con estos gobernantes cada vez se aproxima más.

Yo creo que aquí estamos mezclando dos temas: hambre y desarrollo. Desde luego con desarrollo se acaba con el hambre, pero lleva su tiempo. De lo que se trata es de atacar situaciones perentorias de hambre, de darles una subsistencia hoy mismo, y eso el mundo desarrollado lo podría solucionar, en buena parte, con los excedentes que tiene. Sin ser tan inocente de creer que los paises desarrollados son hermanitas de la caridad, tampoco creo que sean los únicos o principales responsables de las situaciones que se viven en África a causa de condiciones naturales.