Moratalla - Murcia

Como cada último jueves de mes, la señora María asubio con movimiento lastimero y ayuda de su bastón el pequeño escalón que le separaba de la acristalada puerta de su banco, ella no distinguía bien entre cajas de ahorro, bancos buenos, bancos malos, para ella era su banco, el de toda la vida; de hecho y después del sobreesfuerzo que representaba empujar esa maldita puerta, encontró tras el mostrador a su banquero de toda la vida, ella no distinguía bien entre Director, Interventor y Cajero, era su banquero de toda la vida, y por ella le pregunto.
-¿Cómo va la vida María? - le gustaba que le tratara con esa familiaridad y le llamara por su nombre, y es que ella era como de la casa. Tanto era así, que pesar de las prisas y las colas que hay en los bancos, con ella se entretuvo preguntando por la familia, y lo guapo que era el nieto, le pregunto por la pierna después de la operación, le de Paco (su marido) que en paz descanse y al que recordaba con cariño, le recomendó paciencia para su ausencia, e incluso le hizo alusiones a lo bien que le quedaba la permanente que en el hogar del Pensionista le habían hecho, y es que esa nueva peluquera trabaja muy bien, le comento su banquero de toda la vida.
Fue entonces, después de todas esas molestias que se tomó el banquero y que tanto agradaron a doña María cuando, con un tono más confidente y acercándose un poco más a la ventanilla, casi le susurro que había un tema que quería tratar con ella, pero ahora no que había muncha gente, mañana, a eso de las nueve, pues era algo que le iba a interesar. Ahora, como cada mes, tocaba poner al día la cartilla, pues a doña María no le gustaba que este acto tan íntimo para ella lo hiciera un máquina, ella para estos menesteres solo confiaba en una persona.
Al día siguiente, a las nueve menos diez, doña María volvió a librar una dura batalla para abrir la puerta de la sucursal, batalla que como siempre gano, no sin esfuerzo. Al verla llegar, su banquero de toda la vida abandonando rápidamente su ventanilla para salir a su encuentro y le invito a pasar a una mesa que, más retirada de la ventanilla, ofrecía mayor intimidad; y es que el tema que trataron era casi un secreto. Resultó que el banquero conocía de la existencia de un producto bancario que ofrecería unos, más que interesantes, réditos a la pequeña fortuna que doña María y su marido Paco habían conseguido ahorrar y que ahora se encontraba en un plazo fijo donde le producían unos intereses demasiado próximos a nada. Este nuevo producto, al que el banquero llamaba participaciones preferentes, era solo para los buenos clientes, así lo entendió ella; le gustó la idea de sentirse preferida en su banco de toda la vida. Posteriormente vinieron todas esas palabras de banquero que ella no entendía, pero por las que tampoco hacia preguntas, no quería que pensaran que era tonta. Después de toda la verborrea bancaria y a modo de conclusión solo se atrevió a hacer una pregunta, ¿pero mis dinericos estarán seguros?, casi antes de terminar de formular la pregunta, y a tenor de la cara del banquero, ya se estaba arrepintiendo. ¿Pero cómo se le ocurría preguntar eso después de todos los años que llevaba en este, su banco? ¿Alguna vez le habían engañado? ¿Tenía queja alguna?........ un balance histórico del banquero le recordó cuando ella y su Paco sacaron el préstamo, cuando cada año le cambiaban por navidad los francos de la vendimia a pesetas, el juego de sartenes y la televisión que les regalaron,……. Pero por Dios, ¿Cómo se le ocurría preguntar eso? Arrepentida de la pregunta e intentando zanjar esa situación que le incomodaba, doña María le manifestó su confianza tanto en la entidad como en su persona y accedió a que le prepararan los papeles para firmarlos el día que le dijeran. Otra vez se equivocó, y es que al final iban a pensar que era tonta. Estos productos tan interesantes no puede demorar su adquisición, pues son solo para unos pocos, pero como deferencia personal su banquero de toda la vida ya lo tenía todo preparado, a falta de una fotocopia del carnet, que a buen seguro llevaría encima, la cartillica y una firmas de papeles: puro trámite. En menos de cinco minutos, todo quedo concluido y una vez metidos todos los papeles en una carpeta que se colocó en una bandeja, al banquero pareció empezar a entrarle prisa, la verdad es que le había dedicado mucho tiempo, la verdad es que se sentía una clienta preferente. Ya apoyándose en el bastón para irse, no pudo evitar una última pregunta ¿entonces me voy tranquila, no? En esta ocasión la respuesta fue más breve - pues claro que sí, has hecho un buen negocio.
Y así con su secreto pasaron los días y los meses, los últimos jueves de cada mes volvía al banco a actualizar la cartilla y a preguntar por su dinerico; la respuesta siempre era la misma, no te preocupes que todo está controlado.
No le gustaba escuchar los telediarios, solo salían cosas malas últimamente, además tampoco entendía muchas cosas de la crisis de la que tanto se hablaba y de la que en gran parte parecía tener culpa una prima que algún ministro tenía en Alemania. Ella estaba tranquila con sus ahorricos y le gustaba ver Las Mañanas de la 1, la Marilo era una presentadora muy graciosa. Y fue esta presentadora la que una mañana, después de saber vivir, le dio la voz de alarma. Hablaba de una especie de estafa que los bancos o las cajas, ella no diferenciaba bien, estaban haciendo con los ahorros de algunos que habían comprado lo que Marilo llamo “preferentes”: El corazón le dio un vuelco. Se puso a lavarse con la punta de la toalla y jabón la cara, se aseaba mientras pensaba que esto no iba con ella, a ella no le engañaría su banquero, debía de tratarse de otra cosa. Con estos pensamientos girando en su mente y sin saber cómo, se encontró de nuevo empujando la puesta del banco para, sorpresa, al abrirla no ver a su banquero de toda la vida. En su lugar se encontraba un desconocido que atendía la larga cola de la ventanilla. Aguardó su turno tan solo para preguntar por él, no tenía otro trámite que hacer, de hecho no era jueves. Muy amablemente fue informada de que el compañero había sido trasladado de oficina a otro pueblo. Doña María insistió en hablar con él hasta darse cuenta que sería imposible, de querer resolver alguna duda debía de ser con el forastero. Resignada se fue a su casa, donde empezó a ver todos los días los telediarios y a seguir las noticias sobre Las preferentes,……. hasta entender. Pasaron los meses con sus últimos jueves y el forastero seguía en el puesto de su banquero de toda la vida. Pasaron los telediarios y Doña María comprendió que había perdido su dinero, pero no dijo nada. NO QUERIA QUE NADIE PENSAR QUE ERA TONTA.
Desde aquí quiero denunciar que en Moratalla hay bastantes más señoras Marías de lo que pensamos, que aquí también ha habido mucha gente que desde sucursales ha invertido engatadamente sus ahorros en preferentes, que banqueros del pueblo de toda la vida, digan lo que digan, si sabían el riesgo de lo que vendían, que engañaron a vecinos suyos y personas que `por una u otra razón no eran capaces de reconocer el riesgo de su inversión y simplemente confiaron en las personas. Estos banqueros que ahora han sido trasladados a otras oficinas, siguen viniendo al pueblo, algunos se pavonean en las fiestas y se pasean por la Calle Mayor y por lo bares del pueblo como si nada hubiera pasado, como si ellos nada hubieran hecho, como si a nadie hubieran engañado. Los denuncio y los desprecio y creo que en justicia, y puesto que tienen nombre apellidos y mote, el pueblo debe de saber quién son.
Todo se andará

Dardo este es el sistema que nos tenía preparado Franco engañandonos con que si el PSOE o el PP, la patria, la bandera, lo español y ellos mientras llevándose el oro y el moro a Suiza y a otros paraisos fiscales, por eso BANCA PUBLICA al servicio del pueblo.

Dardo, muy bueno tu post. Es un ejemplo de lo que ha pasado en muchísimos hogares de Moratalla. Aunque discrepo en una cosa, no estoy seguro de que los cajeros estuvieran totalmente al corriente del producto que ofrecían. Es evidente que algunos sí.

Tal vez, y espero, que la gente sea valiente y se unan para reclamar este problema, que en mi opinión, afecta a casi todas las familias.

Fulanito, la ignorancia, en este caso, no solo no es un eximente, sino que debiera ser un agravante.
Cuando a un camionero le pillan entre la carga, un poco o un mucho de droga, en muchas ocasiones alega que desconocía la naturaleza de su carga, o que se lo han puesto ahí sin su consentimiento, pero de entrada, todo esto lo dice desde una detención cautelar y……. después se verá.
Un profesional que vende algo, tiene la obligación de conocer la naturaleza, características y sobre todo efectos adversos de su producto. Claro que eso es un profesional, y en este sentido te diré, y también es criticable, que en muchas ocasiones en los bancos y sobre todo en las Cajas, los que nos atienden no son profesionales. He visto ascender como la espuma en este mundillo a gente que en segundo de BUP ya lo dejo pero su padre movía cantidades de dinero con la compra y venta de abercoques, oliva u otros. He visto a directores cuyo Curriculum es FP de administrativo pero su familia movía dinero; después, qué duda cabe, habrán hecho sus cursicos de Régimen interno, con comilona incluida, para este o aquel aspecto; pero no he visto que se hayan currado el Tecnico superior en Gestión financiera, No, no se han currao la carrera de Económicas, ni Empresariales, ni ADE, ni Derecho, no pero muchos tienen un Master que durante unas jornadas se impartio a costa y con el sello del banco (que va en el diploma del Master) en el que además reza algo como Master en Banca y Mercados Financieros y que en realidad, sobre lo que versa y en lo que les adiestran es en “como vender una nevera a un esquimal”
Cuando tú eres consciente que personas, en ese terreno, están indefensas y además por ser tus convecinos depositaran en ti más confianza, y se dejaran influir por tu opinión sobre un producto bancario, tienes la OBLIGACIÓN LEGAL de conocerlo y LA OBLIGACIÓN MORAL de, si no lo conoces, no arrastrar en tu ignorancia los frutos de años de trabajo y ahorro: la seguridad de un final tranquilo.
No querido amigo la ignorancia, en caso de haberla, no paliará mi desprecio.
Me viene a la mente el estribillo de una canción de Melendi:
“……y si no tienes ni dos dedos de frente, ¿paqué te metes a ser ladrón?......

¿Como van los preferentistas de Moratalla? ¿Han cobrado algo?

Que yo sepa, NO. Sin embargo sigo viendo a los causantes pavoneándose por los ventanillos de la Calle Mayor

Será verdad???

A mi me ofrecieron entre un 0.8 de interés y un 8% para unos durillos que tenía, pero como no soy listo me quedé con el 0,8. ¿Cuántos de los que ahora claman al cielo fueron listos y pillaron lo del 8%?

Los de derechas es que tenéis mucho ojo para las inversiones, mira que bien la ha ido al exministro Rodrigo Rato, Bálcenas, y alguno del pueblo

No llores tanto, que alguno de vosotros también se han alpargatao.

los atracadores estan,desde hace mucho tiempo, en la parte de adentro del mostrador. pero aun asi vereis como rescatamos hasta el banco de madrid.

un post muy guapo ,dardo.

Gracias Muertemarrano, pero la verdad es, que después de releerlo, encuentro un montón de falta y fallos por los que pido disculpas, fruto de la corajina del momento sin dada. Por otro lado me hubiera gustado nunca tenerlo que escribir.
Gurú, por extraño que parezca, y a tenor de tus palabras, te tengo que felicitar por no ser listo, coincidirás conmigo en que esto no es normal. Lo normal es que la gente que deposita sus dineros en un banco, no los pueda perder, lo normal es que los trileros trabajen en la calle y no en un despacho, lo normal amigo, es que a nadie le tengamos que felicitar por no ser listo.

Farol, pues yo no conozco a nadie de izquierdas que regale lo suyo.