Moratalla - Murcia

Fue la casualidad y no mi valor torero la que me hizo encontrarme en el lugar adecuado y en el sitio oportuno. Un toro negro zaino de más de media tonelada de peso se paseaba por la plaza de la Iglesia como cualquier otro vecino que busca un poco de aire fresco en una calurosa tarde de julio, sin embargo, el morlaco lejos de arremeter contra los ancianos y niños que correteaban despavoridos en busca de refugio embistió contra dos bancos, dos, los cuales saltaron por los aires hechos añicos, no fue contra ningún otro tipo de mobiliario urbano, fue contra los bancos. En medio de aquella escena surrealista, atónito y confundido por la fuerza del animal me preguntaba si no sería aquello algún extraño presagio, una especie de señal, un animal que simboliza a esta piel de toro, unos bancos hechos cisco y unos ciudadanos desesperados y desamparados, un panorama que cada día nos dibuja cualquier informativo. A día de hoy los bancos de la plaza siguen sin arreglar, los otros tampoco.

Los caminos de Dios son inescrutables...

Vaya, los de la Plaza ya están arreglados, me temo que aquí termina la comparación.

Hay quien adivina el futuro en los posos del café, quizás tú puedas vaticinar algo en esa alegoría de toro desbocado, pueblo espantado y bancos hechos añicos...

vozme te has dado cuenta de que eres como el aceite en el agua valgame dios que frustracion!!

Yo creo que lo del toro fue un milagro, hay que hacer otra fiesta para celebrar el milagro.

¿Qué es lo que te frustra? ¿por qué dices que no me mojo? Aclárate, anda.