El Raal - Murcia

Una instalación sin una gota de agua
Los vecinos de Los Ramos y El Raal emigran cada semana para jugar al fútbol a los pueblos vecinos

17.07.08 - JOSÉ OTÓN DIARIO LA VERDAD

DEFICIENCIAS EN EL RAALLos habitantes de Los Ramos han intentado tener un equipo de fútbol en su propio pueblo, pero ha sido imposible. Cada semana es habitual ver a los padres marchar hacia otras poblaciones cercanas con sus hijos para practicar el deporte que más les gusta: el fútbol. Poblaciones cercanas como Beniaján, Torreagüera, Alquerías o Zeneta acogen a estos chavales que sueñan con defender algún día la camiseta del equipo de su pueblo.

El último intento por solucionar el problema se produjo hace unos meses cuando algunos de los padres se pusieron en contacto con el alcalde pedáneo, Juan Antonio Cárcel, para dar forma a un campo de fútbol que tiene ubicación, que tiene hasta focos, pero que está convertido en un auténtico bancal. Integrado dentro de un polideportivo municipal que presenta un aspecto saludable, no cuenta ni con porterías, mobiliario y, sobre todo, con unos vestuarios que son claves.

Por iniciativa privada, hay una escuela de fútbol en fase de creación, con dos monitores preparados para trabajar con, de momento, los más de 50 jóvenes desplazados a otras poblaciones. Es un sueño que no se podrá cumplir hasta que no haya vestuarios. La Verdad ha intentado contactar con el alcalde pedáneo pero ha sido imposible.

Aspecto lamentable

El caso de El Raal es diferente. Posee un campo y una pista polideportiva, pero nadie se encarga de ella. Son el director de la escuela, Carlos Astillero, y los propios padres y monitores los que hacen labores de mantenimiento: «Las instalaciones son precarias y tercermundistas. No hay mantenimiento y todo lo tenemos que hacer nosotros».

Astillero lleva cuatro años al frente de la escuela de fútbol de El Raal pero teme cansarse algún día: «Cada año tenemos que fumigar y limpiarlo todo. En la pista del polideportivo hay escombros por todos lados que tendremos que quitar nosotros. Somos la última población de Murcia y estamos abandonados».

En la actualidad se construyen unos vestuarios: «En los viejos no dejamos ducharse a los chicos. Los nuevos llevan siete meses de obras y ahora están parados».